jueves, 18 de noviembre de 2010

Come to me now - Tatsuha


Tatsuha Uesugi (c) Maki Murakami
Art (c) Me (Todolujurioso, Kelp, NowakiSakuma)
Requested by Chawia

Al fin termino la segunda commission para Chawia *-* estoy tan feliz por el resultado de este dibujo, me ha fascinado su cabello, tan negro, vamos... que el chico parece que acaba de saciar sus instintos más primitivos x//D obviamente con mi amado Ryuichi *salta como conejo de felicidad y baba*

Yaaaaaaaaa... soy feliz como una lombris.



*-* Cris me ha animado a hacerle unos cambios así que acá está la segunda versión de Tatsuha en su colchón x'D

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Nuevo header: Pfer


Pfer (C) Me (Todolujurioso, Kelp, NowakiSakuma)

Hacía mucho tiempo que no dibujaba a mi pequeño caballito azul, sí... ustedes dirán, pero parece conejo, bueno, piensen lo que se les de la gana porque YO sé que es un caballito azul *3* mi mascota del Pet Society en Facebook y está con la ropita que le compré allá *-* a que no le queda mona, parece todo un DJ.


Hace tiempo que lo dibujo, lo que sucede es que no lo había subido acá. Ahorita voy a poner las demás imágenes de mi chiquiturris.


Aquí está cosplayando de Queenston Renard <3


Salió a correr >_o


Creo que esta fue la primera imagen que hice de él.


Se ofreció a hacerme la leche del desayuno *0*


Esta imagen es tan obvia, ya saben lo que hacía el cochino ¬//o//¬


Y eso... tenía estos dibujos en otro blog pero decidí ponerlo aquí porque es tan re chulo u3u *le tira besitos a su caballito azzzzzul*


Rox (C) Siddartha


Ahhh y éste es su amigo de Pet Society, el Rox. Creo que ya lo había subido anteriormente.

martes, 16 de noviembre de 2010

Snail + Cat = Snat


Snat (c) Me (Todolujurioso, Kelp, NowakiSakuma)

Anoche soñé a este chiquito, mezcla de caracol y gato angora, y no me quedó más que dibujarlo, se veía más nice en mi sueño. No es más grande que un hamster, rápido como un ratón.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Blind Game Again - Hiroshi Nakano


Hiroshi Nakano (c) Maki Murakami
Art (c) Me
Requested by Chawia


Me costó hacer este dibujo porque mi gata me había robado el lápiz de la tableta digital, así que tuve que esperar a comprarme otra para poder continuarlo =0= maldita gata!!!

Pero bueno *-* estoy feliz de regresar con la pictofilia (?)

jueves, 11 de noviembre de 2010

Arsenio (3)


Creo que he escrito harto últimamente x'D


Sólo vio como poco a poco la imagen en rojo sangre de Shane se iba apagando, ¿era él que se estaba quedando inconsciente o era el humano que perdía la vida?, no importa, ya no veía… de hecho, no sentía. No sintió que el otro se aproximara, tampoco que le tocara el cuerpo. En el suelo permaneció suficiente tiempo como para que el castaño saliera del edificio y luego… nada, oscuridad.

Y las voces y choques eléctricos se sucedieron pero a nivel mental, cortocircuitos algunos llamarían pero no, sólo eran ellos, los hermanos Baltaki en discusión. Hacía mucho que no se encontraban cara a cara, desde el momento de la concepción dentro de los laboratorios, cuando las personalidades luchaban por el liderazgo, claro… nadie pensó que la personalidad animal intentase apoderarse de la humana y he allí donde la concatenación tuvo una leve fisura en la cual la personalidad se dividió y comenzaron a desarrollarse en caminos diferentes para la mala suerte del cuerpo en que convivían.

Los ojos abrió lentamente, todo estaba en silencio, silencio que de pronto le pareció extraño y buscó sentarse, pero no pudo lograrlo. Los músculos los tenía tensos, agarrotados; por lo que tuvo que hacer mayor esfuerzo en buscar una postura más cómoda con el fin de relajarse.

Una vez más el pacífico reinaba en el cuerpo artificial y el animal quedaba relegado a la mente, donde le mantenía prisionero hasta que él terminaba por agotar sus reservas energéticas. Pues claro… Brönte salía muy pocas veces y en esas salidas ocupaba mucha energía intentando gobernar lo que no podía entonces se debilitaba más de lo esperado, por lo cual, Arsenio volvía a tomar la situación en sus manos.

Tardó algunos minutos en poder sentarse y para cuando logró sentarse, ya sintió las sirenas de los vehículos fiscales en todo el área circundante. Temió, temió nuevamente por su vida, él no tenía la culpa de que el otro hiciera destrozos, él se comportaba como debía y aún así, siempre terminaba siendo quien recibiera los castigos por los crímenes ajenos.

Pues esta vez… no!

Cogió un puñado de ropa y su sistema de visión para así subir corriendo por las escaleras con el fin de llegar a la azotea, y cuando abrió la puerta, el viento le empujó al interior por suerte, pues una cascada de balas casi demolió la parte alta del edificio departamental y así fue como cayó rodando escaleras abajo, ya sintiendo las botas de los uniformados que venían en su búsqueda – ¿Qué hacer… qué hacer? – se repetía nervioso, hacerse el inconsciente no valdría de mucho, ya sentía las agujas traspasando su piel, la manera en que sin siquiera una gota de anestesia dividían su carne con escalpelos y le estudiaban como a un cordero en la carnicería. Tembló, cerró los ojos y se lanzó por una ventana pequeña para caer entre las copas de los árboles que bordeaban el complejo departamental.

Allí se quedó, con algunas costillas rotas agarrado a unas ramas para deslizarse como pudo entre las mismas con el fin de pasar desapercibido – Aghh… – uno de sus brazos quebrado y el hueso que había traspasado la carne. Respiró hondo antes de soltarse y dejarse caer al suelo.

Con un trozo de tela se cubrió de mala forma el cabello y se echó a correr en la oscuridad a pesar de la desnudez, sí… gracias a su tono de piel no se le hacía tan difícil esconderse, sólo que la lluvia de balas volvían a cernirse sobre sus espaldas.

Arsenio (2)


Tiene dos personalidades una es Arsenio y la otra es Brönte

Amplia sonrisa retorcida para un rostro varonil cuyo cabello plateado caía sensual por los costados y frente, en deslumbrante movimiento hacía que la totalidad de sus músculos se apreciaran, de ninguna manera grotesca y aún así el cyborg avanzaba lentamente como si se tratara de un animal a la caza, lento como las anguilas, cauto y silencioso, sólo su sonrisa y los ojos que destellaban una que otra chispa de energía – Personalidad… - parecía entretenido en esos movimientos sutiles y precisos.

Configuración delgada, le parecía flacucho y destartalado, con las greñas enredadas pareciéndole de pronto un nido la cabellera ajena, si hasta posta de animales debía tener en ella, asqueado le escuchó, hubiese deseado no haber compartido el baño con un ser tan microscópico – Si de pronto deseas etiquetarme con un vocablo exento de rasgos semánticos inherentes – sonrió burlesco – entonces te diré que puedes llamarme Brönte – Sonido amplificado en la última palabra, que curiosamente era el apelativo con el que le nombraban, quién, no se sabe, sólo que ese es el nombre por el cual él hacía llamarse.

Y entonces, sin mediar más charla, se lanzó a la caza de aquel que tenía por delante. En el trayecto pasó a tirar la lámpara y unos muebles para terminar con los brazos entorno a la cintura del más delgado – ¿Qué se siente saber que vas a morir en pocos minutos? – susurró antes de deslizar uno de sus dígitos por el torso del otro – Suave… pero no lo suficiente – frotó su nariz contra el cuello de Shane – ¿Crees que lograrás hacerme caer? – sonrió y bordeó el ombligo del contrario antes de llevar la mano a los costados, prensó uno de los muslos que se le hizo tan angosto que pensó sólo había hueso y piel, arrugó el puente de la nariz y entonces fue que llevó uno de sus dedos entre las nalgas del chico para soltar una descarga eléctrica con la que buscó cocinar su cuerpo, mas en el proceso sintió que la corriente eléctrica se concentraba en su propia cabeza, inhabilitándolo de cualquier ataque contra el humano; por lo que, entre ira y dolor de cabeza, soltó al chico para llevar ambas manos a la frente mientras alegaba contra su otra personalidad.

Voces distintas de pronto brotaban de sus labios, Arsenio y Brontë en lucha por el cuerpo, el único que les daba soporte. Las chispas provocaron que se cortara la luz en toda la cuadra, la piel del cyborg parecía lumínica debido a la cantidad de electricidad concentrada bajo la misma, se sostenía de los brazos siendo incapaz de levantarse, el cuerpo entero temblaba mientras las voces se entrelazaban como si al mismo tiempo hablaran dos personas en una discusión.

Entre ellas una se destacó de pronto – Shane… salta – y la mirada lumínica apuntó la dirección de la ventana, sería mejor que el detective estuviese lejos mientras Arsenio reducía a su contraparte.

El enorme cuerpo se levantó y avanzó lento, tembloroso con el fin de alcanzar el chico – Nooo… - Brönte intentaba volver a atrapar al castaño para darle muerte, mas Arsenio seguía impidiendo que los tendones se expandieran lo suficiente para que el otro lo alcanzara – ¡ESCAPA! – Al decir esto, el cuerpo del cyborg cayó de rodillas en el suelo y las convulsiones se sucedieron, mas de la boca no brotaba ya ni sonido ni saliva por las arcadas, sino electricidad que al chocar con el suelo saltaba como fuegos de artificio y de pronto levantó el rostro para mirar al que se suponía en fuga antes de caer de bruces en el suelo sin atisbos de actividad física más que las básicas, el “hombre” parecía inconsciente.

Arsenio (1)


Mi hermoso cyborg con adn de anguila eléctrica *3*

Lo seguía, claro que lo seguía, respiraba tan fuerte que en medio de la oscuridad le habría aventado un par de disparos entre los ojos antes de que el agente, tan capacitado, pudiese siquiera replicar. Pero… como era humano… tenía que ohhh… cuidar de su vida, JAH! Claro que no, no iba a perder el tiempo por un pobretón, ni siquiera le importaba como culo para su polla hinchada. De hecho si hasta ahora se iba masturbando tras el otro, a ver si lograba correrse, o en su defecto electrocutar a su contrincante.

Soltó una gran carcajada desde un lugar apartado y se desplazó hacia otro rincón – ¿Tener todo?... ¿se puede tener todo sin tener un cuerpo propio? – daba por hecho su único fin, deshacerse de Arsenio, eso era lo que buscaba, tener un cuerpo con el cual poder actuar, sin que nadie se interpusiera en sus movimientos. Lo odiaba, era un desperfecto y él… tenía que seguir tratando con un ridículo enamoradizo de los mortales, mientras ellos habían sido creados para durar mucho, sin fallas, completamente libres de todo cuanto a los humanos afectaba, él tenía que lidear con una aberración tal, alguien que le quitaba tiempo de vida, que le robaba minutos de existencia, qué minutos, días completos, meses y hasta años. Y él, sometido como lagartija ante las bondades de un bueno para nada que ni siquiera había sido capaz de liberarse de la estúpida policía, por irse tras el culo de un imbécil.

La visión infrarrojo era maravillosa, podía ver en nítido y vibrante rojo al chico avanzar, obviamente, mucho más llamativo el color luego de una escena de sexo en la bañera – ¿Para qué te vistes, si ya te he visto hasta el alma? ¿O es que de pronto te bajó el pudor? – tan cercano que podía incluso sentir el aroma de su piel, arrugó el puente de la nariz y se alejó tan pronto como el otro se movía, no quería ser alcanzado por alguna bala, no se podía confiar en la templanza de los animales, no… no podía.

Llegó al corredor y allí se acomodó apoyado en la muralla – ¿Qué tanto te atrae de mi cuerpo, o debo decir del de mi compañero? – burla, directa y sin rodeos – Tú eres flaco y sin gracia, no sé qué ve él en ti… sólo debo decir que no me gusta la idea de imaginar mi cuerpo frotándose con el tuyo… – se paró en la puerta para que Shane lo alumbrara – Acá estoy cariño mío… – una gran sonrisa blanca se pudo vislumbrar mientras él movía sus manos demostrando lo grande de su cuerpo, los músculos bien formados y todo cuando pudiese ser de atractivo para los animales que buscaban cortejo – ¿Por qué tratas de erradicarme, si él es quien no debería existir? – ¿Verdad o mentira… quién de los dos sería el verdadero dueño del cuerpo a quien Shane complacía?

Katze (1)


Subo este post porque me ha conmovido mucho T__T

El hecho de elevar la voz y decir todo lo que había guardado hacía tantos meses le calmó, sus brazos parecieron laxos, casi sin fuerza, no obstante, la tensión se podía sentir en la atmósfera y por lo mismo su mano temblaba levemente mientras sostenía el cigarrillo entre sus labios. Resopló en un intento de poder liberar un poco más de tensión, pero el hecho de tener al otro cerca, tan cerca lo hacía enfurecer. Hubiese deseado poder golpearlo hasta reventarle la cabeza, pero alguna fuerza extraña se lo impedía, después de todo, llevaba años cuidando del mocoso, de rescatarlo de sus muchas empresas idiotas emprendidas como si se tratara de una princesita en apuros. Pero no lo era, no se comportaba tampoco como una princesita, hacía cada tontera que le provocaba exterminarlo de modo que todas sus preocupaciones se desvanecieran como por arte de magia.

No, no notó que el otro estuviese con alguna clase de problema, ni se le pasó por la mente, aún viéndolo moverse extraño, cegado estaba por la ira y por lo mismo no le prestaba la más mínima ayuda. Como patético se desenvolvía, cual ciego o… tal vez era que trataba de hacerse pasar por uno con el fin de causar lástima. Entrecerró los ojos dejándole que se acercara. Incluso sonrió liberando el humo hacia el costado contrario, negó sin entender que treta escondía. El recorrido de los dígitos ajenos sintió en su piel que reaccionó de inmediato erizándose, claro, el cuerpo aún deseaba del otro aunque el cerebro dijera otra cosa. Cuando tocó sus labios sintió el impulso de saltarle encima para besarlo, mas sólo sus dígitos se separaron dejando resbalar el cigarrillo. Lo pisó para observar al pelinegro.

Y como si nada deslizó el dedo medio por sus vértebras sin siquiera tocar su costado - … - pero antes de siquiera contestar se vio en el suelo, sentado mientras el otro caía también para quedar de rodillas frente a él - ¿y quieres que te crea? – se acomodó mejor – Lloras tan rápido… como si te doliera todo lo que te digo – se inclinó y lo agarró firme por los hombros para levantarlo y así lo arrastró hasta la cama para sentarlo en ella. Se arrodilló quedando entre las piernas del chico y le sostuvo la cara – Amor… supongo que debes tener un concepto muy diferente al mío – tenía los ojos rojos y su rostro descompuesto, los labios le temblaban de profunda tristeza más que de rabia – Confías más en los demás, por eso mismo es que pretendes que un blondie te dejará de seguir cuando hayas cogido con él – se levantó del suelo y acarició en repetidas oportunidades su cabellera oscura – Me duele que me hayas pedido ayuda para desligarte de él y que ahora por gusto propio vuelvas a su lecho -.

Se separó del chico – Y no busco tu cuerpo cada vez que nos encontramos, dime cuántas veces hemos follado… ¿CUÁNTAS? – Sólo una vez habían yacido sobre un colchón como si en realidad fueran pareja – ¿Y cuántas has follado con los demás? – sonrió con los ojos anegados en lágrimas que no dejó escapar – ¡CONFIANZA!, ¡ENTREGA!, ¡RESPETO! – le tembló la voz, tuvo que callar un momento – Es lo único que busco en ti, es lo único que no me has sabido dar… sólo tu cuerpo… sólo me haz dado una única vez tu cuerpo y nada más de ti -.

Agarró la ropa y se la acomodó bien antes de salir por la puerta, mas giró la cabeza para mirarlo otra vez – Lo peor de todo, es que te sigo amando después de todas los desplantes que me haz hecho – y salió del apartamento azotando la puerta de entrada.

Bajó rápidamente las escaleras tratando de no cruzarse con las personas que paseaban por la calle, presionó una tecla en un brazalete que llevaba en la muñeca y en cosa de segundos el vehículo aparecía tras suyo como un perrito que seguía a su dueño. Se detuvo y giró para mover la mano, así la puerta se abría luego del código de voz y él ingreso. El agua se deslizaba por su faz, la lluvia en las que se diluían algunas lágrimas.

Esa noche no llegó a su apartamento, no, era hora de cambiar de residencia.

Alejandro (10)


A estas alturas ya está pasando buen momento con el sacerdote.

Ojos en una fina línea mientras los globos oculares centelleaban humedecidos por el placer que acababa de recorrer cada una de las ramificaciones nerviosas a lo largo de su humanidad –que no era pequeña- miraba a su contraparte con fe ciega de que éste lo estuviese pasando tan bien como él mismo, no obstante, al ver su cuerpo tan ávido de contacto, incluso buscando que le rozara, como se encimaba sobre su torso y acariciaba sus costados. Vamos, que el hombre pelirrojo pensaba que el otro deseaba acariciarle el brazo y que debido a los músculos tensos terminaba por arañarle la piel, no le importó mucho que en esos movimientos lentos como fuertes se llevara rastros de su piel bajo las uñas. Acarició su frente con las mejillas, la nariz y lamió sus labios hasta llegar al cuello donde puso especial atención. Le gustaba, de la manera más impúdica, sucia y lasciva que pudiese haber creído. Tal vez debido a su origen casto o a su personalidad arrolladora, y que ahora se presentara tan entregado, incluso débil. A expensas de sus propios movimientos, de sus deseos más retorcidos.

Ahhh… si sólo pudiese besarlo, no, no debía ser tan mísero y pensar en cosas como esas cuando le tenía por completo, como un muñequito al que podía si quería arrancarle los brazos y ponérselos de piernas. Cuando sintió el cuerpo del otro arrastrarse por sus muslos una nueva oleada de placer invadió su ser, sus manos prestas cogieron esas nalgas y las apretaron como si desearan sacar cada una de las gotas de sangre de la carnosidad del delgado inquisidor. Una dentellada en su hombro dio para calmarle y luego rugió como animal antes de deslizar los dedos por la separación de sus nalgas hasta que los dedos terminaron cansados de dar masajes a la diminuta entrada que obviamente no tenía ni ideas de lo que se hacía con ella aparte de usarla como conducto de desahogo del cuerpo.

Resbaló la pesada lengua por su cuello largo como frágil antes de que los dedos cogiesen pequeñísimo pliego de piel en sus testículos, halara de él arrastrando el pene del rubio para que se frotara desinhibido contra su propia semi erección, claro, su pene ya comenzaba a perder la rigidez, aunque el tener al otro encimado y como una putita en busca de que le mancillaran hasta el alma le hacía pensar que pronto volvería a tener una nueva erección, tal vez mucho más dura y dolorosa que la antecesora.

Respiró caliente sobre ese torso en busca del diminuto pezón que parecía invitarlo a disfrutar de la delicadeza del cuerpo contiguo, empero compañero agotado de tanta complacencia fue en retroceso obligando a esas nalgas resbalar por la pierna hasta que la erección rozó como en un último beso la rodilla del gigantón – uhm… - caliente, necesitado, con el cuerpo sudoroso y perlado. Le miró como se movía, como avanzaba lento y trémulo sacudiendo las nalgas de un costado a otro y la verga entre los dedos a la vez que solicitaba de algo de bebida.

Paladeó la lengua en el interior de la boca como si rememorase los segundos anteriores y así se agarró firme los testículos para darse la porfía de la última caricia en su cuerpo.

Plantó la palma de la mano a uno de los costados del sillón para ponerse de pie y sin siquiera cubrir su cuerpo avanzó tras… las nalgas rojizas de su compañero, así se le acercó por la espalda para rozar con la cabeza de su pene entre las nalgas del más bajo mientras él ya dejaba correr su lengua espesa por los hombros del más joven. Encorvado como pudo para alcanzar ambas partes sin trastabillar o perder el equilibrio, prensó las nalgas del religioso para ver como su verga se paseaba entre esas ancas rebosantes en carnosidad. La saliva discurrió por las comisuras de los labios y no pudo evitar que la misma resbalara por el hombro del de pálida piel, que se deslizara por su espalda a modo de cimiente espeso y pegajoso.

Uno de los brazos alargó sin siquiera mirar mientras el cuerpo prensaba la pelvis adyacente contra el borde de la mesa. Tanteó por sobre el mantel dando vuelta alguna de las copas y platos, botellas, hasta hallar una que tuviese suficiente peso como para estimar llena. Separó su boca del cuello contrario para allegar la botella hasta sus fauces y descorcharla de manera bruta, tosca, así el vino resbaló por la piel de su invitado. Con la mano contraria tomó su mentón y vació un hilo fino sobre sus labios – Beba todo lo que desee su merced… - susurró, embriagado en el deseo de tener un cuerpo tan pulcro, tan pálido junto a él que era todo lo contrario.

El primer empujón de su verga contra esos muslos y ya que tenía las piernas inclinadas, no llegó a penetrar, el pene resbaló en descenso para pasar por entre las nalgas del más delgado, el vino en tanto ya se desbordaba de la boca del deseado.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Noche de amor ~


Dedicado a Kuroi Koneko *3*
Se suponía que era para el 24 de octubre pero soy una flojilda XD
Siento el atraso, espero que te guste
Junjou egoist (c) Shungiku Nakamura

- Nhg… - Apretó los ojos sintiendo como convulsionaba su cuerpo sobre el sofá. Saboreó la lengua que de pronto caía pesada sobre sus labios y le obligaba a entreabrirlos, ahogado empujó con poca fuerza la misma con el fin de poder tragar una bocanada de aire fresco que le pareció imposible debido a la cercanía de su pareja.

Orbes oceánicos le seguían de cerca, cada mueca y movimiento de cuerpo, cada respiración y jadeo – Hiro-san… - masculló entre besos que proporcionaba en todo el delgado cuello y pronto sintió el puñetazo a un lado de la mandíbula que le hizo caer del sillón.

El otro se halaba de la camiseta cubriéndose hasta los genitales con ella – ¡TE DIJE QUE NO ME MIRARAS! – ladró ofuscado, no le gustaba cuando Nowaki lo miraba en pleno coito, le hacía sentir tan vulnerable y él no era así. Se levantó sin más y se encaminó hasta el baño para encerrarse allí, pronto se sintió el agua correr.

Aún acariciando su mentón logró sentarse, un tanto mareado debido a que aún estaba demasiado excitado siquiera para saber qué pasaba. Por fin se levantó y fue corriendo a la puerta del baño – Hiro-san… - Masculló – Hiro-san, ábreme – su erección se rozaba de pronto con la puerta y su cuerpo se estremecía por completo – Por… por favor – susurró con las mejillas en tinta.

- ¡NUNCA!, ¡ERES UN PERVERTIDO! – Como si a él no le gustaran las cosas que el otro le hacía.

Los dedos se arrastraron por la madera y pronto la espalda se adhirió a ésta para resbalar hasta el suelo, allí quedó sentado acariciando su miembro mientras sentía el agua caer, de pronto le parecía oír como si el profesor estuviese jadeando – Hiro-san… te estoy escuchando, deja que yo lo haga por ti –. Entrecerró los ojos y presionó los dedos entorno a su miembro enhiesto sintiendo deliciosos escalofríos recorrer sus vértebras.

Pero el mayor ya lo había dicho, no saldría hasta que terminara de bañarse - … - no respondió a nada, estaba más concentrado en terminar lo que el otro no hizo por culpa de él mismo.

Y así pasaron los minutos. El menor se había ido a sentar al sillón y había encendido el televisor para permitirle al otro salir de su escondite, tampoco iba a estarlo obligando. Con el rostro reclinado sobre uno de los brazos del sillón estaba, con su rostro melancólico mirando una película a la que ni prestaba atención. De pronto vio pasar al otro con una toalla en la cabeza y ya con el pijama puesto – Hiro-san… - susurró.

Éste giró y le dedicó una mirada furibunda, a lo que el otro sólo pudo retroceder en el sillón y dejarlo hacer. Hiroki fue hasta la cocina, bebió un tazón de té verde y luego se fue a la cama sin decir nada más.

Tras una hora de permanecer ensimismado, le siguió… avanzando en silencio para no despertarle y luego, aún sin bañarse, se metió a la cama para acercársele. Besó su mejilla con sumo cuidado, como si se tratara de una frágil figurita de cristal, porque eso era para él… lo más preciado que tenía.

Aún cuando Hiroki fuese rudo sabía que lo amaba con la misma intensidad que él.

Lo arropó y quedó de costado mientras lo miraba en silencio.

- Te dije que no me miraras… -

- Lo siento -

El mayor hizo una mueca de disgusto mas su mano hizo presa de los dedos de su compañero y lo obligó a abrazarlo antes de darle un beso en la mejilla buscando lentamente hasta hallar sus labios.

Después de todo, no estaba tan mal, no si es que era Nowaki el que lo miraba.

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