Feliz cumpleaños adictos a la escritura.
Todas las tardes, cuando el sol llega a su punto más alto, ella alza la mirada hasta el tope de la torre y suspira silenciosa, allí se encuentra el príncipe. Lo desea con todas sus fuerzas, mas calla arrugando entre los dedos el delicado pañuelo heredado de su abuela.
Enfundada en un largo vestido de la clase alta deambula por la corte haciendo las labores que las damas suelen realizar. Mas el rostro inclinado denota su melancolía, la delata a pesar de su insistente mirada lumínica.
— Mi señora —. El hombre se inclina en son de respetos fingidos hacia la muchacha quien de inmediato le responde con símil ademán.
— Mi señor —. Susurra sin elevar la mirada más que para atender a las palabras del anterior.
Así él ofrece su antebrazo, ella posa sus dedos con delicadeza sobre el mismo para comenzar con el paseo silencioso a lo largo del corredor coronado de enredaderas de bastos años de antigüedad. La charla se hace menester por lo que el muchacho ofrece deleite en diversas temáticas, como… la guerra que se desarrolla más allá del territorio que abarca su propiedad. La rubia señorita continúa en silencio, sonriendo de vez en cuando, la mano le tiembla, está nerviosa. Él se da cuenta.
— ¿A qué se debe su semblante sombrío? —. Ella calla, se muerde el labio inferior y sólo le mira a los ojos como si con ello respondiera. Mas él en gentil acto de cercanía lleva la mano hasta posarla sobre los dígitos de la doncella — ¿A qué le teme? — Susurra aparentemente intrigado; la muchacha niega, hace una reverencia y besa con primor el dorso de los dedos ajenos.
— Mi señor, os pido seáis indulgente conmigo y me permitáis retirarme a mis aposentos —.
Las miradas de los guardias del castillo se hacen notar. El monarca los observa de reojo y luego asiente —Ve… — le dice.
En cuanto ella se retira, él se gira hacia el murallón que tiene en frente, respira hondo y avanza un par de pasos.
— Mi señor ha sido bastante amable últimamente —. La madre aparece desde el fondo para acercarse a su único retoño con el fin de darle un par de palmadas en un hombro.
— Debo seguirlo siendo —
— … —. Sonríe ella — No pretenderás desposarla después de todo lo sucedido, no después de todo lo ocurrido —. Arrugaba el entrecejo para demostrar su descontento pero él se giró para acariciar sus mejillas, tan pálidas y frías como el corazón que de seguro tenía dentro de ese torso finamente contorneado por la naturaleza.
— Claro que no — Dijo sagaz como zorro — Mañana por la mañana, se probará el vestido de novia, es en ese momento en que iré de visita a sus aposentos. La mirada de la mujer parecía desconcertada. — Ah… madre, si pudieses comprender sin necesidad de tantas explicaciones — se alejó de ella.
En efecto, eso sucedió. Al día siguiente el joven rey, de diecisiete años, hizo su aparición en los aposentos de la doncella que desposaría. Sin mediar comentarios y sin importar que ella cubriese su vestimenta pálida con retazos de otros colores, él se acercó a la muchacha.
— Mi señor — Sus rodillas casi llegaban al suelo — ¡me hace daño! — él la había agarrado de la mano y la arrastraba por el suelo con el fin de llevarla hasta el ventanal.
Sostuvo su cabeza entre ambas manos para dirigir la mirada de la muchacha hacia la cima de una de las torres —¿Recuerdas lo que sucedió hace un año, amor mío? — Ella temblaba — ¡¿RECUERDAS?! — soltó una carcajada. No esperó a que ella se decidiera a responder, por lo que rasgó las capas de esa vestimenta blanca, el llanto de ella parecía avivar los movimientos del muchacho.
Todo fue muy rápido, rápido para él, rápido y poco grato o tal vez sí, en su condición no podía detenerse a meditar sobre lo que acababa de realizar. En tanto ella se sentía muerta, si es que ya no lo estaba. Su cuerpo desgajado y desmejorado yacía frío en el suelo. No, en realidad no estaba muerta, sólo moribunda ¿Cuándo hubiese pensado que así sería el amor que él decía profesarle? Ahora su mirada clara permanecía estática en la parte superior de esa torre a la cual todos los días pasaba a rezarle.
— ¿Te gusta? —. Ella asintió como respuesta refleja antes de sentir ser arrastrada nuevamente hasta el balcón de su habitación — Un año atrás te prometí desposarte — Susurraba elegante, con el cabello dorado siendo mecido por la brisa de la tarde — Tu padre que en paz descanse debe estar contento — sonrió mirándola.
La turbia mirada de la muchacha se desvió hasta el rostro de él y luego deambuló por la estancia casi como un vago ademán de querer escapar, tal vez saltar desde la altura en la que se encontraban, mas llegó a posarse en lo alto de la torre cercana.
— Míralo — Guió el rostro magullado en la dirección en la que se encontraba una calavera colgando de un hasta. La cabeza del único hombre que se negó a la asunción del príncipe que no era descendiente del Rey, aquel hijo bastardo de la reina y del hermano de ésta — Mi señora… os otorgaré permiso para ir a visitarlo — susurró acercando sus labios a los de la muchacha que ya casi ni respiraba, purpúreos labios rozó con los propios y la empujó por el balcón.
12 comentarios:
Hola Edain, acabo de leer tu relato. Está muy bien, pero que mal acabo la doncella, pobrecilla. Besos.
Por cierto, tienes un blog muy interesante.
Aunque suene obvio, me ha gustado mucho. Sobretodo tu manera de escribir y las palabras que has usado. El ambiente de la antigüedad (Edad Media) está muy bien recreado. Al menos a mí me ha encantado.
Por cierto, me encanta cómo tienes el blog.
¡Saludos! :)
Suegra querida, me asustaste por unos momentos al comenzar a leer el escrito, diciendo para mis adentros: "que xuuuuuuxa le pasó a ésta mujer...", más luego suspiré y sonreí. Nunca cambies.
Excelente escrito, que más quieres que te diga, te llevas un orgasmo mio xD.
Saludos~
wow, me dejaste flipando. Me ha encantado, de verdad!
Paso a darte un orgasmo de madre mía!!! XD Oye, yo igual padecpi lo mismo XD cuando empecé a leer me quedé como wtf? pero después, cuando terminé de leer el relato, ahí ya volví a mis cabales jajaja. Wena, no cambies tu forma de escribir ni de pensar, mucha azúcar resulta empalagoso y nosotras somos el toque amargo del resto XDDD
Beso de sal.~
Un placer tenerte con nosotr@s en adict@s, y vaya manera de llegar:D
Te quedó genial, me encanta:D
Por aquí me tendrás leyéndote...
Kisses ^^
Un final demoledor para una víctima, a la que el horror ha arrancado el deseo de vivir. Enhorabuena.
Me encantó la recreación de época, que malo el futuro esposo por Dios!!
Me gustó mucho el relato!!
Un gusto leerte!!
Saludos!!
Valla! Pero que cosa mas dramática. Este chiquillo tiene quien sabe que cosas en lugar de corazón. Que genial!!! Me lo imagine como si fuera un hombre tallado en piedra, que loco no? xDD
Tienes una seguidora más ;)
Hahaha, la descripción de tu perfil me gustó mucho.
Espero estes muy bien, saludos!
Solo quedan reflejos en su mirada
Sola la maldad sin excusas
Solo queda su cuerpo destrozado
Sola por amar sin ser amada
¡Qué cruel! Y después cuando leí el final, se me vino a la mente una historia de fantasmas que yo había empezado a escribir y que nunca vio la luz... No hay mucha relación, no sé porque me lo recordó.
Bastante interesante y precisa la ambientación, me ha gustado mucho tu trabajo para la brevedad del mismo. Un fuerte abrazo, seguimos en contacto.
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