miércoles, 30 de junio de 2010

Friendship

Gilbert (c) Himaruya
Art (c) me [Todolujurioso, Sakuma-san, NowakiSakuma]

XD I have so many nicks LOL

Neid is always telling me how much Gilbert makes him recalls me, and... I think I am like him... in many ways ;D


A fast uploading, I am going out.

domingo, 27 de junio de 2010

Desafío: Sentidos

Tabla 1 (Vista)










Tabla 2 (Tacto)
Roce
Escalofrío
Caricia
Abrazo
Piel









Tabla 3 (Gusto)
Labios
Beso
Lengua
Humedad
Morder










Tabla 4 (Preliminares)
Desnudez
Cuerpo
Tocar
Introducir
Masturbar
Juegos











Tabla 5 (Lemmon)
Penetración
Frenesí
Orgasmo
Gemido
Fantasía









Visión



Autor: Todolujurioso
Titulo: Visión
Fandom: Original
Pairing: Fernando & Alejandro
Summary: Siempre termina avergonzándose por cosas que hacen los otros.
Advertencias: lima.
Nota: Poichito… me gustaría darle una mano x/D

Se cambió de zapatos y terminó de abotonar su camisa para salir de la casa, llevaba una bolsa gruesa doblada en una mano. Lo habían enviado a la feria a comprar las verduras de la semana.

Suspiró pesado, hacía calor y no había traído agua, de todas formas no habría podido andar con tantas cosas, volvería cargado como mula después de que terminara de comprar toda la lista que le había pasado su madre. Arrugó el entrecejo así como también lo haría con el papel entre sus dedos.

Pero no alcanzó a llegar ni al paradero cuando se detuvo de sopetón para observar a un par de chicos de su instituto.

- ¿Qué mierda hacen? -

La curiosidad pudo más, caminó hasta quedar a unos cuantos metros, escondido tras una muralla, los observaba desde un costado, conversaban animadamente cuando de pronto - Pe… pero… - sus ojos se abrieron desorbitadamente al ver lo que hacían.

Se estaban besando, podía ver sus lenguas entrelazarse mientras cuchicheaban. Llevó una de sus manos hasta su rostro cubriéndoselo, el hecho de ver aquello le daba tanta vergüenza ajena, más bien… se ponía nervioso, más porque uno de ellos era el chico que siempre buscaba hacerlo sonrojar, esperaba que no lo viera ahí, sino qué diría por estar espiándolo, no tenía excusas.


- ¿Puedo ver tu palo?

- Aja…


Se giró, no fue capaz de seguir observando, bastaba con la visión que a su mente regresaba, ese mocoso que con tanta ligeresa se masturbaba delante suyo, o se lamía los dedos embebidos en leche.

Giró en sus talones - Ahhh… - arrugó el entrecejo nuevamente - fletos de mierda - apretó las manos y rojo como tomate siguió su camino, sin poder evitar imaginar al chico gimiendo con las manos en su entrepierna, con la lengua afuera mientras le escurría la saliva.

Subió al microbús, a punto de jadeo se sentó y cubrió sus ojos con la bolsa gruesa, la deslizó hasta que la misma cubrió su entrepierna, esperaba que la micro se demorara, necesitaba bajar sus… “ánimos” antes de que le tocara levantarse de donde se había sentado.

Hipnotizar



Autor: Todolujurioso
Titulo: Hipnotizar
Fandom: Original
Pairing: Fernando & Alejandro
Summary: Mírame… no mires a nadie más.
Advertencias: lima.
Nota: ¬o¬ mocoso cochino, ya te corto la que muestras de manera tan lasciva.

- Ughhhhh… - estiró su cuerpo, al fin había llegado el último mes del año, pronto serían las vacaciones, más que ilusionarle ello le provocaba una extraña sensación de desasosiego. Se rascó la cabeza y sacó la bandeja para deslizarla por la barra mientras las mujeres tras la misma iban pasándole platos de comida.

Tantos meses esperando por descanso y ahora que ya saldría de clases en unos cuantos días le embargaba esa sensación de vacío.

Cogió la bandeja con el almuerzo y se fue a sentar en una de las tantas mesas, junto a sus compañeros que soltaban una que otra carcajada mientras comentaban las clases que habían tenido. Y él, como siempre tenía la gracia en la punta de la lengua, haciendo saltar al resto en sus asientos a punta de risotadas.

Extrañaría esos momentos, por lo menos podía salir a dar vueltas con los demás en las vacaciones, sino se moriría de aburrido en casa, encerrado con su vieja, no… que desgracia.

Entrecerró los ojos, de pronto notó que en un rincón alejado del comedor estaba él. A penas y se le tiñeron las mejillas de rojo e hizo otro chiste más tonto para que sus compañeros se murieran de la risa y así pudiese llamar la atención de ése.

Hacía días lo estaba buscando y no lo encontraba, parecía que se lo había tragado la tierra, pero… allá estaba. Esperó a que el otro fijara la vista en él y entonces agarró el vaso de leche para dejar caer algunas gotas del lácteo en su palma, alzó la mano y comenzó a lamerla descaradamente sin pestañear, sólo observándolo.

Del otro lado, el chico se puso de todos colores, sintió vergüenza de lo que ese mocoso hacía, había logrado averiguar que estaba un año más abajo que él, era un descarado y aún así no lograba despegar la mirada de esa escena, lo tenía embobado.

¿Por qué siempre que se topaban tenía que terminar hipnotizado por sus ojos, por sus actos? Pensar en que un hombre podía llegar a hacer esas cosas, le provocaba asco, a pesar de todo, lo seguía mirando.

Ojos




Autor: Todolujurioso
Titulo: Ojos
Fandom: Original
Pairing: Fernando & Alejandro
Summary: Orbes que platican con la mirada.
Advertencias: lima.
Nota: Ya quisiera ser ese seme x/D

Jaló de su cuaderno para poder escribir mejor y continuó copiando lo que el libro decía. Preparaba una presentación que tendría en unos días.

Ya se había adaptado al funcionamiento del establecimiento, a los compañeros, aún así, rehuía la compañía de los demás. Era mejor trabajar a solas, así no sentía que dependía de nadie, trabajaba arduo y entregaba sus informes, rendía exámenes, no tenía que envidiarle nada a nadie.

Tampoco nadie le envidiaba su vida, se la pasaba siempre en la biblioteca como vil roedor comiendo las hojas de los libros, sí… eso decían a sus espaldas y se mataban de la risa, a él no le importaba mucho, prefería no meterse con esa gente.

No obstante, giraba la cabeza de vez en cuando, como si lo siguieran. Frunció el ceño, golpeó el lapicero sobre el cuaderno y continuó con su tarea.

A un costado alguien ojeaba una revista, más que nada, no se perdía movimiento del que tenía a un costado… en la mesa vecina.

Los ojos mantenía clavados en el más alto.

Un estruendo, ambos chicos giraron la cabeza hacia donde hubo sido el escándalo pero a uno de ellos se le fueron los ojos para quedar mirando hasta que le devolvieron la mirada. No sonrió, no hizo nada más que mirarlo, luego cogió la revista que estaba leyendo y salió.

Sólo deseaba atraer la atención del “ratón de la biblioteca”.

Sensación


Autor: Todolujurioso
Titulo: Sensación
Fandom: Original
Pairing: Fernando & Alejandro
Summary: Un simple recuerdo provoca tanto estupor.
Advertencias: lima.
Nota: Creo que el seme es muy kawaii *//*


Acomodaba cosas que retiraba de una caja, hacía pocos días había llegado a la ciudad por lo que aún no terminaba de organizar todo.

El instituto era como en todas partes, grupitos cerrados, nadie hablaba, sólo los rechazados buscaban conversa y él, no era muy conversador, gustaba de estar a solas así que sólo se preocupaba de nivelar sus conocimientos con los del resto de sus compañeros. Se la pasaba en la biblioteca o en lugares donde no era visto por los demás.

Después de un rato ya tenía la mitad de las cajas vacías y lo que había en su interior en los estantes del cuarto.

Abrió la ventana, allí se inclinó apoyando sus antebrazos, con la mano sosteniendo su mentón; pensativo aspiró el aire el mismo que sacudía su cabellera. Desvió la mirada hacia la calle, un chico pasaba en bicicleta, sonreía, tenía los brazos a los costados, abiertos mientras pedaleaba.

- …

Entonces recordó su rostro, recordó aquellas manos que se movían entre los pliegos de los pantaloncillos cortos en las duchas del gimnasio.

De pronto sintió un escalofrío que recorrió toda su espina dorsal y lentamente fue retirándose de la ventana.

¿Había sentido vergüenza?, ¿de qué?, ¿de que el chico alzara el rostro y notara que él lo observaba?

Ahhh… que problema, ahora no podía dejar de pensar en sus mejillas rojizas y en sus dedos amasando su verga.

Pegó la espalda a una de las murallas y llevó las manos a los bolsillos para respirar profundo.

Mirada



Autor: Todolujurioso
Titulo: Mirada
Fandom: Original
Pairing: Fernando & Alejandro
Summary: Siempre es el último, mas tiene su recompensa cuando se han ido todos.
Advertencias: lima.
Nota: Juajuajuajua



Había estado toda la clase lento, sus compañeros habían terminado hacía unos veinte minutos, el profesor no le permitió irse antes a las duchas por lo que aún corría, su lengua podía sentirla casi arrastrar por el suelo, pero… ya era la última vuelta que daba.

- Apura… vete a las duchas que ya los demás se deben haber ido.

- Viejo de mierda…

Arrastró sus pies hasta que cruzó la puerta, luego de eso, sintió como la puerta del gimnasio se azotaba, de seguro el profesor de deportes se había ido ya, arrugó el entrecejo y se dejó caer en una banca. Ya nadie estaba por ahí, de todas formas ya se había acostumbrado a que lo dejaran atrás. Nunca había sido rápido corriendo pero el profesor no lo entendía, no le permitía hacer otro tipo de deporte hasta que fuera capaz de correr tanto como los demás.

Con la punta de los dedos quitó las gotitas de sudor de su frente, su torso se hinchaba irregularmente debido a su respiración encabritada. Jaló de la camiseta para sacársela y con la misma secó su cara antes de lanzarla al suelo.

Tenía las piernas separadas y notó como el bulto de su entrepierna ya era evidente. Respiró hondo, lo único que ganaba con correr era que su miembro se frotara con la tela del pantaloncillo y por ende que terminara semi despierto.

Cada clase, después de que todos se fueran, podía masajearse tranquilamente, se lo debía después de tanto esfuerzo.

Llevaba sus dedos por sobre el bulto para que sus yemas cayeran justo sobre su capullo y lo acariciaba lentamente, poco a poco más fuerte, primero roces y luego frotaciones en círculo. Su cuerpo se estremecía, él sonreía entretenido aún con la respiración entrecortada. Deslizaba su lengua rojiza por sus labios y luego aventuraba a sacar media erección de su ropa, así la frotaba con cariño, la miraba y rozaba el orificio en ésta.

Gustaba dejar caer una larga gota de saliva justo en la punta de su erección y luego masajear el área imaginando que alguien le lamía el prepucio.

- Ahhh… - Ya… ya se había calentado. Mordió sus labios y aumentó la velocidad, sentía el golpeteo de sus testículos contra la madera de la banca, sentía el chirrido de sus zapatillas en fricción con el piso.

La puerta se abrió de lleno, giró la cabeza en un movimiento por demás rápido y sus mejillas se entintaron aún más de rojo, tanto que hasta las mismas orejas las tenía de aquel color. La mirada del otro fue apabullante, en demasía, no pudo correr la vista, en silencio quedó allí, petrificado hasta que el otro retrocedió en silencio y la puerta nuevamente se cerró dejándolo a solas.

Silencio.

Ahogo.

Su corazón se le salía por la boca y él ya no quería bañarse de pura vergüenza.

sábado, 26 de junio de 2010

Vaivén


Rechinaba, cada vez que él entraba en su cama, ésta rechinaba vigorosa, de pronto sentía como si la misma cobrara vida y les invitara a moverse sobre ella.

- E-espera…

- ¿Algún problema?

Maldito, como siempre se mostraba desnudo, sin reparos. Extendía esos brazos gruesos y dejaba a la vista sus abdominales, gustaba de hacerle enfadar y el otro caía, siempre caía en ese jueguito. Simplemente escondía el rostro y luego su compañero se enterraba en su cuerpo y seguían haciendo rechinar el catre que los mantenía apartados del suelo.

Pero cada vez que sentía que esos labios mudos estaban, con rabia infinita sostenía su mentón y lo obligaba a mirarlo, a veces incluso le daba algunos fuertes golpes que lo descolocaban.

- No lo hagas… ya sabes lo que te pasará si me llevas la contraria.

La voz grave decía al que presionaba las sábanas que se enredaban cual tentáculos por su anatomía.

Quería cubrirse, no quería seguir, mas… de forma inmediata lo asaltaba con besos en excesivo compulsivos, mordía su labio superior hasta el punto de dejarlo hinchado. Lo ahogaba en saliva obligándolo a toser y sólo entonces sonreía para la cama nuevamente mecer.

Una cuna… vaivén tras vaivén… mierda, parecía un crío llorando, babeando saliva propia y la del perpetrador, aún así… cada vez que sus miradas se cruzaban, sonreía, borracho de tanto éxtasis, perdido en un mundo donde ya no sentía dolor, sólo ganas de que siguieran martillando sus entrañas.

Y juntos jadeaban, con los dedos entrelazados y esas sábanas que los abrazaban.

viernes, 25 de junio de 2010

Ay~


Para Daniel


Piel morena, abrigada por el sol y simple tela atada coquetamente en tus caderas angostas, tentador… lo sabes, me incitas, quieres que te siga, que te observe, robas sin compasión mi tranquilidad, mis sueños.

Por el sendero te sigo, a lo lejos el mar de dunas se alza y tú, contoneas esas nalgas.

Pero… ¿qué tanto pretendes?, ¿no piensas que te daré lo que te plazca?

Ahhh… no haces caso, sólo me miras con esos ojos endemoniados.

¡Locuraaaaaaaaaaaaaaa!


Terrible momento en que en el verde océano de tus orbes naufragué, ahora danzas despiadado sobre mi piel. Puedo sentir el golpeteo de tus nalgas contra mi ingle y ahhh… deja de mirarme… me pones más duro.

Sonríes, te mofas… pero estoy tan caliente como la arena, esa que te golpea el vientre y salpica en mí, te quiero… quiero ser arena, quiero entrar por los poros de tu piel.

¡No puedo…!

Pero sí puede mi pene oradar tu orgullo hasta hacerte desfallecer.

El poder del genio




Pirámides de pensamientos impúdicos; avanzaba delante suyo y no podía distinguir entre raciocinio e inventiva. La vista alzó al cielo.

El genio postrado negaba en silencio, no pudo más que dejarse a la demencia de los azules orbes que no le otorgaban miradas furtivas.

Tomó sus hombros, lo arrinconó en una esquina. Movimiento rápido, poco cauto para hundir la nariz en la negra cabellera y – Ahhhh… - sonrisa entre dientes presionando las hebras poco agrestes.

- ¿Qué pretendes? - Éste sentía las manos del intruso avanzar por su anatomía.

- … tal vez podríamos haber estado juntos… - Besaba así su mejilla.

Congoja, abanico de pestañas que cubrían verdades, no le miraba. Sólo coló dedos en la abertura de esa bragueta entre las sombras.

martes, 22 de junio de 2010

Inquisición [1]



De pie junto al ventanal, con la espalda adherida a los bloques de concreto permanecía aquella. Cabellera castaña, tan oscura que incluso parecí negra. Su piel, en contraste, tan pálida como una hoja de papel sin mancillar.

Había corrido un largo trecho desde las mazmorras, de seguro la venían persiguiendo, pero… no tenía a donde ir, no conocía el lugar, sólo sabía que los gritos de los guardias se dispersaban en todas direcciones. Sintió ganas de acuclillarse y cubrir su rostro amoratado, llorar hasta que alguien rebanase su cuello.

Sin embargo, muy a pesar del horror que sentía debido a las pisadas que se acercaban, no pudo hacer oídos sordos hacia aquel quejido de ultratumba que se colaba por una de las ventanillas cercanas.

Los dedos avanzaron en movimientos trémulos hacia aquella abertura, quedando de pie tras uno de los largos cortinajes.

Entraron violentamente, mas no divisaron a nadie. Revisaron tras los muebles, en la chimenea que permanecía apagada y nada. Ella tampoco se percató de la presencia de los soldados.

Simplemente, tenía la atención dispuesta… en otro lado…


Desnudo sobre un mesón de madera mellada por los constantes azotes del látigo, un hombre joven se encontraba. Su cuerpo mancillado por el bermejo líquido que salpicaba sobre su dermis cada vez que la tira de cuero flexible se azotaba contra su humanidad.

Pudo ver como ese cuerpo, de seguro febril, se arqueaba; la manera en que sus facciones se retorcían, como la lengua se erizaba cada vez que él mismo se azotaba contra la madera nudosa. Sus gritos, pensó sentir en carne propia su agonía.

- Está empezando a ponerse nervioso – susurró alguien atrás, con pluma en mano escribía cada una de las interrogantes, así como también los gruñidos de respuesta por parte del prisionero.

El inquisidor observaba de reojo, un nuevo golpe, esta vez en el suelo hizo que la mujer tras la cortina saltara en su puesto.

- ¡Sé que has pecado! – ladró, la saliva había salpicado sobre el rostro del compungido.

Nuevos latigazos dejaban marcas en la piel, los músculos se tensaban al jalar de los gruesos grilletes que le mantenían en esa incómoda pose, mostrándose al mundo sin retazo de tela sobre su anatomía, aquel miembro se alzaba al aire como buscando protección de alguien, mas nadie acudía. Volvía a caer sobre la piel ensangrentada de su dueño.

No pudo evitar el sonrojo, sus dedos llevó a los labios ocultando algún tipo de exclamación, aún los soldados revisaban la sala donde estaba oculta, ella… sólo observaba por la ventanilla, oculta entre los pliegues de esa larga cortina.

Limonada

Cerró los ojos, sabía bien que no tenía tiempo para este tipo de cosas, tan pequeñas y tan gratas para su persona. Se detuvo, pensativo desvió la mirada hacia un gran ventanal que se desplegaba a su derecha. Avanzó hacia él con el fin de que las sombras de las nubes acariciaran sus orbes, esos escondidos tras los circuitos que le habían puesto para aumentar la visión de por sí excelente.

Mentía, él no tenía derechos, sólo era un esclavo, menos que eso aún, era un cyborg creado para cumplir los deseos del resto.

Inclinó el mentón hasta que sus nariz localizó el dulce aroma de los chocolates que se escondían entre los pliegues de sus manos. Una sonrisa difusa se esbozó en la faz tostada y de inmediato se dirigió hasta su rincón más grato, allí se acomodó, en el borde de una ventana para comenzar a probar el dulce sabor de los bombones.

- ¿Qué haces?

Aquella voz lo sacó de sus pensamientos haciéndolo saltar de su puesto, los chocolates cayeron al suelo y no pudo más que frotar sus manos a los costados del pantalón de tela perfectamente planchado – N-nada… - miró estupefacto al recién llegado – Nada… - repitió más para creerlo él mismo, tratando de parecer calmado.

El contrario se le acercó y en completa oscuridad se pudo sentir el sonido fuerte y a la vez sordo.

El albino tenía el rostro hacia un costado, con evidentes señas de haber sido golpeado. No hizo movimiento alguno, se quedó tranquilo como si nada hubiese sucedido. Podía sentir hasta el golpeteo de su corazón; claro que lo tenía, era un híbrido, no un robot.

- Lo siento.

Pero no, no era suficiente, el contrario no cambiaba su expresión seria, de molestia - ¿Quién te dio permiso a sacar lo que no te pertenece? –.

Negó, hacía pocos días había llegado hasta la casa, aún no tenía la confianza suficiente para explicarle que no podía dejar de pensar en esas barras que se deshacían entre sus dedos, sí, el maldito era un cerdo, le gustaba lamerse los dedos. Si hasta tenía las comisuras de los labios embarradas de chocolate.

Un nuevo bofetón lo dejó estupefacto, mas esta vez fue rápido, cogió de la mano al contrario, luego su cabellera larga y lo pegó contra la pared – Tenía ganas de probarlo – rugiente la voz, como la de un animal agreste, enfurecido, uno que acababan de quitarle su “hueso”, sí… eso debía ser.

Pero no quedó allí, su cuerpo llegó a azotar la parte baja de ese hombre que pensaba ser superior sólo por ser puro, sólo por ser hombre y no haber tenido que sufrir con la decadencia de algunos investigadores. Nuevamente presionó ese cuerpo contra la muralla y cuando menos se lo pensó, ya estaba desgarrando las costuras de la prenda del que ahora se había convertido en su “amo”.

- ¿Qué tienes?, ¡suelta carajo!, ¿o quieres que vuelvan a formatearte? – se sacudía el pobre hombre, pero ¿Qué podía hacer un homínido contra un ser tecnológicamente evolucionado? Sólo rogar que no terminara siendo asesinado, claro, porque eso era lo que deseaba el esclavo, ¿cierto?, de seguro quería la libertad, la que él mismo le había arrebatado al aparecer de la nada en el momento preciso de que Arsenio se haría de todos los bienes de su antiguo amo.

Pero no soltaba, ya estaba en ropa interior y el otro no se despegaba de su espalda, mucho menos dejaba de manosearlo. Respiraba fuerte sobre su hombro, allí dejaba rastros del chocolate que había quedado en sus labios. No lo había hecho nunca, pero supuso que si lo hacía el hombre temería antes de volver a levantarle la mano. Sí, si le mostraba que era más fuerte entonces no volvería a molestarlo.

- AHhHhHh – alzó una ceja y cogió el mentón contrario para asegurarse de que el agente Volken lo estaba pasando mal – Ahhh… - qué mierda, parecía estar acalorado ese hombre. Arrugó el entrecejo, pero qué mierda, ahora su propia verga estaba dura y su pelvis se mecía de modo que la punta de su erección barría las nalgas de la “víctima” – Ahm… -

Tragó saliva, de manera aparatosa, retrocedió un poco llevando una mano hasta su propia frente y observó a su amo extrañado.

- ¿Quiere un vaso de agua? -

Pero el hombre de pronto giró la cabeza, la luz de la luna bañaba sus nalgas desprovistas de vestimenta, ahora las finas facciones de su rostro mientras jadeaba. Volken reclinaba su espalda en la muralla y miraba al esclavo mientras se cubría la ingle con pudor – Mejor… un jugo de limón… - se relamió el labio superior.

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