domingo, 23 de octubre de 2011

Travesía




Ven a mi mundo, yo te voy a invitar. No le cuentes a nadie lo que traje del más allá.
Una puerta donde sólo entran personas sin cargas superfluas.

Y allí haremos realidad nuestros sueños.

En ese lugar las personas son plaga, terminan sus días en trampas de cazadores furtivos, quienes venden sus pieles para hacernos abrigos.

¿Lo puedes creer?

¿No?

¿Tienes miedo?

Me gustaría tomar tu mano y llevarte conmigo, me gustaría mostrarte lo divino, sólo debemos cruzar el portal y te daré todo lo que has pedido.

Centinela

Simplísimo juguetear, seguir los tobillos delgadísimos y frágiles haciendo caso omiso de la oscuridad, esa que se adhería a su piel y se transportaba al interior de su ser. Le seguía cuidadoso de no ser visto a pesar de que todo su ser le deseara. Detuvo el avance antes de que ella se acercara al foco de luminiscencia. Los rasgos femeninos parecieron quebrantados por la preocupación, por el miedo que se cernía por su anatomía y brotaba de su corazón.

— ¿Qué miras pequeña? — Nada se oía, sólo la mente del ente interrogaba a la sombra reflejada en el suelo, esa que él tenía precaución de no desprender de sí.

Esta vez la voz gutural brotó en un chillido violento, roñoso llamado del habitante tenebroso.

— ¿La salida está por acá? —

La borró del paisaje cuando su aliento frío barrió la nuca de la presa.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Monk




Tatsuha Uesugi (c) Maki Murakami
Art (c) me


Hace tiempo tenía ganas de dibujar a Tatsuha con su ropa de monje, ahora bien creo que no me quedó muy parecido *llora* pero igual me gusta como me quedó el dibujo.

Monster - Proyecto septiembre: Fotografía



Mírenlo ahí, manojo de pelos y hedor, vísceras ya secas expuestas al espectador que incauto avecina la marcha hasta donde se encuentra el pequeño animal olvidado por la sociedad.

Ya nadie dirá que es pequeño y hermoso, su colita no menea, sus ojos no brillan. De hecho no sé dónde tiene la cabeza tampoco las patas, pero sé que está ahí.

Tal vez su alma a nadie nunca le importó, sólo su apariencia física. Por eso es que cuando cayó enfermo nadie le prestó ayuda, sino que lo orillaron hasta la muerte más dolorosa. Esa que se vive en soledad y dolor agudo, el que te obliga a agonizar semanas antes de que el Ser Supremo se apiade de él y lo recoja del inmundo planeta ¿Por qué? Yo te lo diré, porque a nadie le importa el prójimo si no le sirve para sacar algo de provecho. Animal enfermo sólo causa molestias y gastos, no es humano por ende no merece ser tratado con dignidad.

Debemos dejarlo donde nadie lo vea, que los vecinos no se enteren de que teníamos un perro enfermo sino comenzarán a hablar.

Y tú observas el pellejo roído del animal alguna vez vivo y piensas en lo desagradable que te parece, en que debería llevárselo el camión de la basura para que no se convierta en un foco de infecciones.

Yo te acuno pequeño cuerpo mortecino, peinaré el pelaje yerto y sin brillo, hundiré mi nariz en lo que alguna vez fue tus orejas. Pequeña criatura que envió el último aliento para hallar al que le ofreció protección en edad temprana, ahora desconocido, recuerdo vago de un occiso.

De seguro ya tiene otro juguetito, de seguro sonríe y abraza a un animal recién nacido, lo aprieta contra el pecho y le dice que sea buen chico. Que no crezca ojalá, que no se enferme, no le gustaría tener que meterlo a una bolsa plástica para lanzarlo al río, no… eso no. Porque ya lo hizo una vez… y de pronto se recuerda de lo difícil que le pareció hacerlo, pero después de que lo hubo realizado ya no había vuelta atrás por lo que sólo le queda consolarse pensando en que nunca más lo hará.

Sigue apretando al pequeño animal que parece gemir debido a la cercanía con el “humano”, imagina que es uno de tus hijos, imagina que alguien le obsequia dulces, que lo lleva hasta su casa para terminar maniatándolo y aprovechándose de su joven humanidad antes de destrozar su cuerpo. Así lo separa en diferentes bolsas oscuras para dirigirse a un lugar alejado con el fin de lanzarlo al mar, a un barranco, a un agujero en la tierra. Que desaparezcan las pruebas incriminatorias.

Si te sucede, no llores… aprende de la madre del cachorro pues ella no lo hizo, como es animal sólo se dispuso a tener otra camada para contentarte, para que puedas sentirte un buen samaritano al llevar otro crío suyo a tu casa y completar así el círculo.

martes, 13 de septiembre de 2011

Masks



Sabe bien que le está mirando, es tercera vez que sus ojos se cruzan. Los ajenos parecen distraídos en un vaivén oscilante entre los músicos y los demás asistentes antes de regresar por escasos segundos a aquel que le mira galante. Abanica las pestañas e inclina la frente antes de sonreír con garbo y picardía, se encamina hacia la salida, hacia el balcón que todo el rato ha estado custodiando con el fin de que nadie interrumpa.

La invitación tácita había sido enviada y el receptor había entendido muy bien el objetivo de aquel encuentro “casual”.

Impertinente pero… sincero. No deseaba provocar mayores molestias por lo que se apresuró.

Ella mucho más ingenua, tal vez mucho mejor actriz que las demás “doncellas” del lugar. Tomó las manos del caballero luego de que la tomara como a una meretriz y de las más baratas que se pudiese encontrar. Pues… qué más barato iba haber que un encuentro de primera clase y por costo cero.

Así presionó suavemente sus nudillos y le besó la mejilla antes de soltar sus manos con el fin de recorrer la parte trasera de su cuello, acomodó los últimos botones de su vestimenta ¿Qué otra opción tenía? Debía dejarla como la había encontrado o terminaría atado por toda la vida a aquella pícara.

Aquella que había probado a toda la corte, que de seguro conocía las medidas de cada uno de los presentes y que se regocijaba en conocer quiénes eran los que tenían mejores dotes… “dotes”.

Se sonríe y muerde la punta de uno de sus guantes antes de acomodar uno de los bucles que se ha soltado de las pinzas que decoran su peluca. Así se dispensa para regresar a la fiesta donde comienza a coquetear con otro caballero.

La idea es averiguar la identidad de cada uno de los señores tras las máscaras.

Dolls




Prendidas antorchas desfilaron en raudales de encolerizada población en busca del señor de la penumbra.

Giró la página del antiquísimo ejemplar de la Biblia que sostenía entre las manos antes de alzar la vista y llevarla hasta la mecha danzarina de la delgada vela que actuaba de acompañante. Suspiró. A lo lejos se escuchaba el clamor de la gente y no le interesó en lo más mínimo. No, él estaba absorto releyendo citas de años anteriores que más parecían ser descripciones de un amante. Rigurosos sus labios parecían danzar, parecía embeberse de cada palabra releída con deleite. Sonreía y meneaba la pierna que sostenía en la contigua.

Volvió a girar una nueva página.

Letras, letras, verbos, promesas de delicias frescas. Entidad amante del ocultismo y de la propia palabra divina. Gozaba del abrazo para con la religiosidad y así mismo con todo aquello que fuese renegar de la misma.

Besó la cubierta del roído cuero que cubría el texto bendito una vez antes de escuchar los aullidos de los perros.

Esbozó una sonrisa.

Ligereza al menear la cabeza, largos mechones ensortijados se convertían en riachuelos de sangre oscura que se iba perdiendo entre las rendijas del suelo. Sólo las vestiduras sobre el piso hicieron de mudo testigo de la presencia del vampiro.

Ente desgastado y curcuncho que gustaba de saborear carne tierna de niños, mucho más si venían en pares.

- ¡Allí está, lo vi por ese costado! -

Ingresaron a la habitación derribando la puerta de cristal. En el fondo del cuarto un niño diminuto sentado al costado de una chimenea ricamente decorada en tonos dorados.

- Está dormido - Se extrañaron.

Más sólo era el cascarón de un muñeco alguna vez vivo. Todas las vísceras habían sido removidas con el fin de alimentar a su anfitrión ahora... prófugo de la justicia.

martes, 6 de septiembre de 2011

Everything


No pasaron ni tres minutos luego de que las palabras volaran de mis labios, sacudió su melena ensangrentada y brotó espada lánguida de entre sus ropajes escasos antes de que la decapitación del centenar de personas comenzara.

Las miradas horrorizadas de los últimos espectadores que ya corrían en búsqueda de resguardo quedan aún en mi retina. La cantarina carcajada que hacía eco en todo el lugar, tu risa, contagiosa.

Debo admitir que comencé a reír de igual forma.

- ¿Sabes que te quiero?

- Eres mío.

- ¿Sabes que te quiero?

No hubo respuesta más que el deslizar de su pulgar por mi mejilla, delineando línea gruesa y escurridiza hasta mis labios donde el dígito se perdió y halló mi lengua.

Sabía metálico, sangre de varias personas ya muertas.

Por suerte, así no tengo que escuchar sus chillidos de moribundos patéticos. Ahh... que gente más escandalosa. Si están vivos, alegan porque lo están, si están muriendo... alegan porque no quieren fallecer ¿Por qué no se deciden?

- ¿En qué piensas?

- En lo mucho que me gusta cuando silencias al mundo para oír tu respiración.



Factores extralingüísticos



Me embarga la alegría de verte releyendo hojas muertas de poesía, saber que disfrutas de la verborrea que derramaba cada vez que pensaba en tu persona.

Ahora ya no estoy más y no volveré. Porque así lo quisiste en el momento de partir.

En el instante de mirarme como a un desconocido y ya no sonreír más ante mis aburridos comentarios sobre la metodología de enseñanza que ostentaban los profesores de lengua.

Ahh... que acaloradas noches en tu compañía.

El tintero se volcaba y las páginas mancilladas por aquel líquido negruzco eran dispersas por el mesón al son de las... embestidas.

Factores extralingüisticos que gustábamos saborear.

martes, 30 de agosto de 2011

Tell me...



Sakuma-san (c) Maki Murakami
Art (c) Me


Dime...
Dime lo que ves.



Te observo a la distancia, sólo escucharás mi voz...
El susurro preludio de perdición.

miércoles, 20 de julio de 2011

s/c
















domingo, 17 de julio de 2011

Masato my new love u3u







Es que cada vez que lo veo se me hace agua la boca y lo quiero YA!!! sehhh por eso lo tuve que dibujar, a veces me recuerda a Daisuke [Que lo rolea mi perri u3u] pero no. Ashhh y su voz es tan masculina, si uno lo escucha y no parece tener esa carita, aunque debo aceptar que parece un uke y LO ADORO!

Sehhhh -.- Masato.kun ai shiteru (?)

El personaje no es mío, es de una serie que ni recuerdo como se llama xD no importa porque es shoujo, así que da igual.

Art (c) me.

miércoles, 13 de julio de 2011

Happy B-day Chawia






Regalo de cumpleaños para mi amiga Chawia, de DA.
Espero que le guste y que lo haya pasado muy bien en su día.

Suguru Fujisaki (c) Maki Murakami
Art (c) me

No te manches de amor







Ryuichi Sakuma (C) Maki Murakami
Art (C) Me

lunes, 11 de julio de 2011

Purpúrea

Feliz cumpleaños adictos a la escritura.

Todas las tardes, cuando el sol llega a su punto más alto, ella alza la mirada hasta el tope de la torre y suspira silenciosa, allí se encuentra el príncipe. Lo desea con todas sus fuerzas, mas calla arrugando entre los dedos el delicado pañuelo heredado de su abuela.

Enfundada en un largo vestido de la clase alta deambula por la corte haciendo las labores que las damas suelen realizar. Mas el rostro inclinado denota su melancolía, la delata a pesar de su insistente mirada lumínica.

— Mi señora —. El hombre se inclina en son de respetos fingidos hacia la muchacha quien de inmediato le responde con símil ademán.

— Mi señor —. Susurra sin elevar la mirada más que para atender a las palabras del anterior.

Así él ofrece su antebrazo, ella posa sus dedos con delicadeza sobre el mismo para comenzar con el paseo silencioso a lo largo del corredor coronado de enredaderas de bastos años de antigüedad. La charla se hace menester por lo que el muchacho ofrece deleite en diversas temáticas, como… la guerra que se desarrolla más allá del territorio que abarca su propiedad. La rubia señorita continúa en silencio, sonriendo de vez en cuando, la mano le tiembla, está nerviosa. Él se da cuenta.

— ¿A qué se debe su semblante sombrío? —. Ella calla, se muerde el labio inferior y sólo le mira a los ojos como si con ello respondiera. Mas él en gentil acto de cercanía lleva la mano hasta posarla sobre los dígitos de la doncella — ¿A qué le teme? — Susurra aparentemente intrigado; la muchacha niega, hace una reverencia y besa con primor el dorso de los dedos ajenos.

— Mi señor, os pido seáis indulgente conmigo y me permitáis retirarme a mis aposentos —.

Las miradas de los guardias del castillo se hacen notar. El monarca los observa de reojo y luego asiente —Ve… — le dice.

En cuanto ella se retira, él se gira hacia el murallón que tiene en frente, respira hondo y avanza un par de pasos.

— Mi señor ha sido bastante amable últimamente —. La madre aparece desde el fondo para acercarse a su único retoño con el fin de darle un par de palmadas en un hombro.

— Debo seguirlo siendo —

— … —. Sonríe ella — No pretenderás desposarla después de todo lo sucedido, no después de todo lo ocurrido —. Arrugaba el entrecejo para demostrar su descontento pero él se giró para acariciar sus mejillas, tan pálidas y frías como el corazón que de seguro tenía dentro de ese torso finamente contorneado por la naturaleza.

— Claro que no — Dijo sagaz como zorro — Mañana por la mañana, se probará el vestido de novia, es en ese momento en que iré de visita a sus aposentos. La mirada de la mujer parecía desconcertada. — Ah… madre, si pudieses comprender sin necesidad de tantas explicaciones — se alejó de ella.

En efecto, eso sucedió. Al día siguiente el joven rey, de diecisiete años, hizo su aparición en los aposentos de la doncella que desposaría. Sin mediar comentarios y sin importar que ella cubriese su vestimenta pálida con retazos de otros colores, él se acercó a la muchacha.

— Mi señor — Sus rodillas casi llegaban al suelo — ¡me hace daño! — él la había agarrado de la mano y la arrastraba por el suelo con el fin de llevarla hasta el ventanal.

Sostuvo su cabeza entre ambas manos para dirigir la mirada de la muchacha hacia la cima de una de las torres —¿Recuerdas lo que sucedió hace un año, amor mío? — Ella temblaba — ¡¿RECUERDAS?! — soltó una carcajada. No esperó a que ella se decidiera a responder, por lo que rasgó las capas de esa vestimenta blanca, el llanto de ella parecía avivar los movimientos del muchacho.

Todo fue muy rápido, rápido para él, rápido y poco grato o tal vez sí, en su condición no podía detenerse a meditar sobre lo que acababa de realizar. En tanto ella se sentía muerta, si es que ya no lo estaba. Su cuerpo desgajado y desmejorado yacía frío en el suelo. No, en realidad no estaba muerta, sólo moribunda ¿Cuándo hubiese pensado que así sería el amor que él decía profesarle? Ahora su mirada clara permanecía estática en la parte superior de esa torre a la cual todos los días pasaba a rezarle.

— ¿Te gusta? —. Ella asintió como respuesta refleja antes de sentir ser arrastrada nuevamente hasta el balcón de su habitación — Un año atrás te prometí desposarte — Susurraba elegante, con el cabello dorado siendo mecido por la brisa de la tarde — Tu padre que en paz descanse debe estar contento — sonrió mirándola.

La turbia mirada de la muchacha se desvió hasta el rostro de él y luego deambuló por la estancia casi como un vago ademán de querer escapar, tal vez saltar desde la altura en la que se encontraban, mas llegó a posarse en lo alto de la torre cercana.

— Míralo — Guió el rostro magullado en la dirección en la que se encontraba una calavera colgando de un hasta. La cabeza del único hombre que se negó a la asunción del príncipe que no era descendiente del Rey, aquel hijo bastardo de la reina y del hermano de ésta — Mi señora… os otorgaré permiso para ir a visitarlo — susurró acercando sus labios a los de la muchacha que ya casi ni respiraba, purpúreos labios rozó con los propios y la empujó por el balcón.

jueves, 7 de julio de 2011

Reflejo noctámbulo



Consigna de julio: Peineta.
Para: Adictos a la escritura.
Dibujo y personaje (c) Yo [Edain, todolujurioso, Kelp]


Otra vez de pie, frente al espejo que silencioso te ofrece la imagen más paupérrima de ti antes del amanecer, tras tuyo el humano que duerme tan tranquilo como infante y tú ofreciéndote al silencio noctámbulo. El tintinear de los ordenadores te mantiene consciente de tu existencia, pues si no existieras tal vez no escucharías ese horrible sonido que martillea constantemente en tu cabeza, a toda hora y en todo lugar. Que cansado te encuentras.

Cuando por fin despiertas del profundo letargo, de tus pensamientos, de tus cavilaciones. Tomas la peineta entre tus dedos para enterrarla en tu cabellera y así sonríes para el espejo deslizando los dientes de plástico, triste y macilento.

Me gustas



Consigna de Junio: Marea
Para: Adictos a la escritura.

Escuchó el seguro de la pistola y vio el destello que ésta produjo despertando de la realidad en la que se había sumido por tantos años. El acto, como muchos antes cometidos, había sido consumado por sus manos; manos delicadas y pálidas con delgadas falanges que parecían ramitas a punto de quebrarse.

El arma resbaló de entre sus dedos para caer en el suelo antes de que se escuchara el jadeo grabe del que tenía por delante. Hombre macizo y diestro que se desplomaba como un elefante en medio de una batalla. Cuyos ojos saltones inyectados en sangre no dejaban de mirarla como si la acusaran silente de lo que estaba pasándole. Pobre, la marea bermeja se desplegaba desde el orificio ubicado en el centro de la caja torácica anunciaba que pronto dejaría de acompañarla en esa aventura en la que ninguno de ellos pensó haberse involucrado.

¿Por qué siempre terminaban así sus aspiraciones de romance?

Se inclinó cerca del hombre y le acarició la barba, con dulzura barrió con la mano la capucha que le cubría la corta cabellera antes de inclinarse sobre éste para besar su frente. Que gracioso, era primera vez que veía el cabello de él, hasta ese momento había pensado que sus ojos eran negros y no azul oscuro.

Los dedos de él se enredaron en la larga cabellera rubia de la dama impidiéndole ir más allá de un par de centímetros lejos de su faz, deseaba maldecirla, deseaba que se pudriera y que se la comieran los gusanos, pero… él era el que estaba más cerca de serlo, ¿no?

Ya no quedaba más por hacer, sólo separarse dejando entre los dedos del asesino algunas hebras doradas. Tres balazos más concluyeron con la angustia de verlo sufrir, por lo menos ahora estaría segura de que no lo vería con nadie más, pero… al igual, estaba segura de que le costaría intentar coquetearle a otro desconocido en la taberna de la ciudad.

Guardó su arma en el costado, bajo su chaqueta. Vaya que le había gustado ese moro, hasta le había dicho su nombre, el verdadero, muy a pesar de que a nadie le importara lo que significaba eso.

domingo, 3 de julio de 2011

Tres mini relatos

Manos

Largos y delgados brazos revolvió insistentemente bajo las cobijas, frotaba las manos con la nariz rojiza - Ahhh... - resopló, el aliento se condensaba mientras sus manos volvía a esconder entre las arrugas de la sábana; sus nalgas rozaron el cuerpo vecino y un respingo dio, giró el rostro para fijarlo en su compañero.

Parecía dormido, no había sentido cómo sus nalgas habían topado cierta parte de esa... inmensa... anatomía - Uff... eso estuvo cerca - pensó con una sonrisa en la boca, sonrisa cubierta por la abultada melena en tonos oliva. Entretenido hizo lo necesario para llevar las sábanas blancuzcas hasta cubrir sus hombros y así se escondió por completo luego de hundir la cabeza bajo las cobijas.

Cerró los ojos, después de unos cuantos minutos ni se dio cuenta de que se había adherido al cuerpo contiguo. Buscaba calor, muy obvio si contamos con que en el exterior de tan buen aposento la nieve caía despilfarrándose como si no hubiese mañana.

Rodó en su puesto con el fin de rodear el cuello del otro y rozar el torso moreno con los labios, allí ambos cuerpos quedaron.

Sol coqueto que acariciaba a las pestañas abultadas y tan negras como la anterior velada, pestañeó molesto y abrió la boca para llenar los pulmones de combustible necesario antes de dar una rápida revisada a todo cuanto le rodeaba. Arrugó el puente de la nariz mientras nacía una efímera sonrisa que terminó en casto ósculo sobre la melena que le cosquilleaba la barbilla. Tan perfecto le parecía, delicioso en toda la extensión de la palabra, desde su silueta delgada hasta su aroma embriagante, su voz... su voz era lo que le hechizaba, tanto en público como a solas.

Acarició su espalda, deslizó ambas manos por la espina ajena hasta que se perdieron entre esas nalgas regordetas y atractivas. El cuerpo más bajo se movió entre las sábanas aún adormecido y sólo susurró - Tat... - antes de lamer un diminuto pezón.

Temblor...



Sexo


Los dedos delgados se pegaron al cuello del muchacho y le arrastraron hasta un apartado, largas pestañas se abanicaron con lentitud apabullante observando los ojos oscuros.

Tal vez eso fue lo que creyó ver el menor de edad, no obstante, no reprochó aquella mirada, mucho menos las intenciones más que imaginarias - Ehm... - De pronto sentía la boca seca, tuvo que relamer sus labios, lo que no pasó desapercibido para su acompañante.

- ¿Qué piensas? - Alzó una ceja expectante.

- Nada... tengo sed... - Susurró haciéndose el interesante.

Cortos mechones negros jaló obligando al menor quedar acuclillado, tiró de ellos nuevamente obligándolo a frotar su nariz por la cremallera de su propio pantalón. Lo miró sonriente - bebe... - le invitó bajando el cierre incitadoramente.


Tentación



Caderas adelante y atrás, las piernas seguían el compás. Gotas de sudor recorriendo el cuello y desplazándose en sentido descendente para empapar la camiseta que se adhería a la piel erizada, mejor dicho... a los pezones proyectados justo en su dirección.

Tragó saliva, sonrió bobamente, lo sabía, estaba haciendo el ridículo de pie entre tanta muchachita que coreaba la canción y él... sólo babeaba y babeaba, ¿qué más se podía esperar de un fanático?, claro... que coreara las líricas con las demás en el concierto, no obstante, él sólo pensaba en recorrer su cuerpo.

- Ahhm... mierd... - Los dedos largos llevó hasta su entrepierna y presionó.

Estaba duro, en medio de una multitud de chicas... observando a dios que le excitaba con cada vaivén de su anatomía.


Había escrito estos relatos cortos hacía mucho tiempo y no los había subido xD creo que tendré que escribir más a menudo.

Ryuichi y Tatsuha (c) Maki Murakami

sábado, 18 de junio de 2011

After-sex cigarette



Deimos & Starfighter (c) Hamletmachine
Art (c) Me

jueves, 16 de junio de 2011

Miranda



Sus ojos se movieron entre la maleza buscando la dirección de aquella voz – Capitán… – logró susurrar y vio como el sujeto escalaba el árbol como una verdadera ardilla, tan rápido que no pudo hacer nada por evitarlo, de hecho, no tenía fuerzas para hacerlo, el que le hubiese dañado un brazo no ayudaba mucho en todo aquello.

Tenía que aprovechar para escapar, no tenía otra alternativa, ese moreno la mataría pronto y si Hamse se daba cuenta de que había fallado en su misión, la mataría, tenía que llegar por su propia cuenta al barco, antes de que el capitán se diera cuenta de su condición, debía curarse para continuar trabajando como lo hacían los hombres, sino sería comida para los tiburones.

Unos cuantos pasos dio y giró para mirar atrás, estaba siendo cobarde y eso le revolvió el estómago, cuándo habríase visto ella escapando como una rata cualquiera, se inclinó para sacar una pistola de su bota y alzó su mano sana para apuntar hacia el individuo que estaba atento a la aparición de su jefe, sin mediar palabra alguna lanzó tres disparos haciendo que el “pajarito” cayera con ambas piernas heridas, imposibilitado de levantarse del suelo, corrió tan rápido como pudo con el fin de pisar sus manos obligándolo a soltar sus armas y las pateó lejos de él.

Luego, la planta de su bota cayó sobre su cuello – No pretendas meter más gente al baile… que esta pieza la tienes conmigo pobre diablo! – se agachó para coger los puñales que tenía el otro entre sus ropas y con ellas estacó las manos de Rashid en el suelo, atravesando sus palmas imposibilitándole el movimiento.

Alejandro Rex Graecorum



Señoritas, muchas y delgadas, siseaban a su espalda. Se detuvo y observó en rededor, a pesar de la oscuridad, lograba husmear el olor. Ni sonrisas, ni vocablos, silencio y miradas vagas. Aquellas ya habían pasado por su lado, deambulaban por los costados, delante y por detrás, habrían sendero para el que se sostenía despegado del suelo.

Enterró sus gruesos dedos a un costado de su cuerpo, halló un morral de cuero y sólo lo acomodó para que no resbalara, lo llevaba lleno de carne, por supuesto a medio descomponer.

Ya no había líquido por allí, sólo hedor y unas cuantas posas que pensó, por obvias razones, no era lodo, ni barro, nada más ni nada menos que deshechos de animales; lo demás, capa dura de excrementos humanos. Esbozó una sonrisa, la gente no era más que mierda.

Una que otra dama se enrollaba en la pierna del mastodonte que se giraba al momento de sentir leves castañeos a lo lejos. Sus ojos entrecerró, muy a pesar de ser casi blancos podía ver, se guiaba por el color que irradia el calor de los cuerpos. Así mismo notó como pronto la oscuridad tornaba a colores amarillentos, poco a poco se manchaba éste de naranjo y pronto de rojo.

¿Un equino?, no… era demasiado pequeño. Lástima, tenía ganas de un bocado de dicha naturaleza. Torció la espina buscando una mejor postura con el fin de dar con la forma justa de aquella silueta, algo que le trajera un poco más de información. La lengua liberó, aromas, muchos, parecía ser que aquel ser traía el aroma de muchos animales sobre su piel. Arrugó la nariz y dio unos cuantos pasos hasta quedar cercano en la pared del. Las damas se alzaron, llamativas y escandalosas, las víboras demostraban el poco agrado que le provocaba la fémina que se aproximaba.

Seguía el paso tranquilamente, sin responder ante la fémina. Cauto deambulaba mientras el camino a la chica las víboras cerraban. El siseo se hizo intenso, tanto que el mismo hombre no pudo evitar voltear para mirarle – ¿Qué pasa? – No le importaba mucho si andaba perdida, sólo si le serviría de comida.

Claro, ahora estaba a la vista, buena configuración anatómica, se notaba que tenía bastante carne de donde poder hacerse de nutrientes, de seguro le alcanzaba para no comer en un mes completo. Ni se percató cuando su negra lengua deambuló por su dentadura - ¿Qué hace por acá señorita? – trataba de no sonar evidente, mas parecía un varano con la saliva resbalando de entre sus dientes.

Kiichi



Dos, tres, cuatro pasos, se escondía de una pareja de oficiales, al parecer lo habían divisado, pues casi nadie cargaba armas, de hecho, nadie lo hacía, mas él se negaba a deshacerse de la katana y las demás, prefería terminar con la vida de esos hombres que sólo cumplían órdenes de alguien más.

Entrecerró los orbes y vio pasar un colibrí, no sonrió, no estaba en momento para tales reacciones, se encaminó cuidadosamente pos el pasillo que había entre dos tiendas cerca del centro y luego rápido se pasó por los puestos.

El aroma a la fruta y las verduras le hizo dar un vuelco, de pronto su cuerpo lo traicionaba haciéndolo perder su objetivo e ir directo hasta donde un hombre no muy amable ofrecía su cultivo. Sintió ganas de comer una manzana, puesto que no tenía demasiado dinero para una cena ni algo más caro. En la pequeña bolsita que pendía de su cinto cogió una moneda y se la entregó luego de escoger la fruta que saltaba a la vista como la más hermosa, así la escondió entre sus ropas y se fue canturreando hasta un apartado.

Dicho sea de paso, que cubierto por un manto florido aquel espacio no lejano se dejaba ver como un pequeño oasis en medio de la ciudad. Se sentó tras un árbol de tronco grueso con la finalidad de no ser encontrado tan fácilmente, cuando de la nada sus ojos se prendieron de una figura cercana, el cabello alborotado molestaba a su rostro, sonrió sin emitir sonido más que el de sus dientes perforando la piel de la fruta, jugosa textura que embelesó sus sentidos.

miércoles, 15 de junio de 2011

Por las noches



Por las noches despierta, descubre las ventanas para mirar las estrellas.

Por las noches despierta, imagina cosas bellas y se acurruca nuevamente cerca de la almohada.

Por las noches despierta para verla allí arriba.

La Luna siempre lo mira.

Visita inesperada


La pequeña embarcación hizo tope en el costado del muelle a simple vista indeleble, los pies descalzos de la muchacha se escucharon, había dejado atrás su bolso y lo de más, sólo entre los dedos llevaba prendidas las sandalias que había seleccionado para esa mañana. El cabello arrebolado acariciaba las mejillas sonrojadas mientras el viento cosquilleaba por aquí y por allá.

Ascendió por una cuesta de peldaños de piedra hasta llegar al portón de la casa. El calzado dejó caer y las manos llevó a los labios para gritar llamando.

Nadie atendió.

— Seguro que están buscando las ovejas —. La risa cantarina brotó después de abrir el portón, la carrera continuó.

Giraba dando saltitos con un pie en la hierba verde y suave, se sostenía el sombrero para no dejarlo ir mientras sus bochas centelleaban feliz. Pero a nadie vio, mentira… una anciana del otro lado de la cerca, más allá de los manzanos y los castaños le hizo señas de acercarse. A lo cual atendió.

— ¿No supiste? —.

Pensativa observó a la anciana y negó.

— Tu tía falleció —.

Oscuros nubarrones comenzaron a cubrir el cielo, más tarde llovió.

Deber






Los dígitos acentuaban presión entre el cuerpo y el cuello de la botella a la vez que los azules orbes serpenteaban seducidos por la anatomía contigua, sonrió antes de ladear el rostro. Vagas imágenes de un sueño brillante parecían rutilantes estrellas entorno a la persona de Ryu… Ryu, que nombre tan deleitante, reducido en lo hermoso de la figura despampanante frente a su propia entidad. No pudo evitar acariciar con cuidado la fresca botella que aún contenía buena porción de la bebida.

Quedose un tanto atónito e indeciso sobre hablar o continuar en el delicioso ágape de escuchar tan bella voz, virginal y tentadora, que hombre tan atractivo y además interesante le había traído aquella tarde en un lugar tan concurrido – Debo admitir que nunca había conocido un cantante – grave y casi religioso arrobamiento mantenía silente al peliverde.

Entonces, suspiró y llevó la botella hasta sus labios antes de rodar los ojos como si de bochas oscuras en ardor parecieran ocultar lucha contra el fuego devorador y repentino que había encendido aquel élite de halo femenino. Alargó el brazo deslizando con ello un dígito por la laqueada superficie donde las copas mantenidas estaban hasta que se acercó al costado de su compañero y así regresó hasta buen punto donde la cerveza hizo propia para dirigirla hacia su propia boca – Camile… ese es el nombre que me han dado – susurró.

Mas el sonido de más allá venido por medio de un auricular que traía puesto le hizo despertar de tamaño arrobamiento, por lo que se puso de pie en el instante en que la voz dejara de hablar a su oído – Si me disculpa… - una reverencia, muestra de completo respeto hacia aquella persona – el deber me llama – susurró llevando la mano hasta acariciar el mentón contrario antes de rozar sus labios con el índice y luego partió dejando dinero suficiente para costear su bebida y el licor del señor abandonado.

domingo, 12 de junio de 2011

Camile









viernes, 10 de junio de 2011

Camile

Hosco observaba la silueta plantada como mota en la escena, la vista entorno paseaba como si buscara algo mucho más apto que hacer que estar parado sin hacer nada, traje militar, botas y una fusta, que herramienta más útil parecía. Entrecerró los orbes al recorrer variadas pictografías acerca de la utilización de dicho utensilio. Regresó la vista hacia las piernas ajenas antes de comenzar a escuchar torrente bocal del ajeno venido y los ojos azulinos yacieron como mariposas sobre los rojizos.

Sonrió al escuchar el asco que le provocaban los pets y es que era de esperarse, todos una manga de buenos para nada, no servían para nada más que para servir pasteles y detallar sus “innumerables” cualidades – Estoy seguro de que sería mucho más gratificante que se los metiera literalmente… señor – dijo cortante, frío y sin rodeos, si tanto hablaba de su odio contra los pets y contra los élite, mejor sería ir directo al grano y no andarse con rodeos, quería joder a los élite, que lo hiciera directamente y no se llenara la boca y la cabeza de ideas vanas que a nada llegaban. Después de todo, qué le importaba a la masa de Élites un simple esclavo entre toda la marejada de ridículos y bonitos objetos de decoración.

Sus nalgas firmes como granita de una muralla comenzaron a moverse en pos de hallar mejor lugar y fue así como las redondeces de su cuerpo encontraron nicho en un asiento, cómodo y de exquisito tapiz. Le quedó mirando directo a los ojos como si no tuviese por qué bajar la vista, como si estuviese con otro de su estirpe - ¿Usted preferiría ser vendido como un trozo de carne? – sonrió – Es obvio que no, pues lo mismo sucede conmigo – el pliegue de su labio denotó inconformidad con su tipo de vida – Haber sido enajenado de mis funciones militares sólo por haber nacido como pet… es lo más irrisorio que podría sucederle a un uniformado – entrecruzó sus piernas de manera quieta y hasta elegante.

Lo observó ponerse de pie, alto y arrogante, en sus orbes podía leer el deseo de ser el más grande. Como respuesta a tal acto, entrecerró los ojos de manera meditabunda antes de sonreír de medio lado mostrando la soberbia característica que corría por sus venas. ¿Libertad?, era lo básico que él podría desear, era algo con lo que todo el mundo nacía y por lo que ni batallaría, él quería más y no iba a luchar por menos.

Movió en círculos uno de sus pies antes de calmar sus pensamientos con el fin de concentrarse en las interrogantes planteadas, le miró serio – Yo no descendí en jerarquía para convertirme en pet… yo lo soy desde que me crearon, no por ello tengo que ser feliz con tal hecho – sonrió - ¿o es que alguien en su sano juicio dejaría el poder para servir a un pobretón? – lo miró entretenido, parecía ser tan grandioso y a la vez sólo un hombre con buena condición física.

También se levantó y deambuló por la sala hasta toparse con una mesa de licores que tranquilamente sirvió en un vaso para comenzar a beber – Qué más da… usted es de los que no haría caso a las palabras de alguien como yo – sonrió antes de elevar la copa ante los ojos del pelinegro – y es por eso que no le temo – dijo fríamente – en lo absoluto – afirmó.

Si algo había aprendido en ese cuchitril era que había muchos ineptos dando vueltas por todos lados, llenándose las bocas de tamañas historias que ni ellos mismos creían, sólo para “encajar” en esa ridícula sociedad elaborada por alguien que no tenía idea de lo que en realidad era la perfección - ¿Sólo libertad podría usted ofrendar a alguien como yo? – sonrió entretenido – hasta yo mismo podría alcanzarla si así lo deseara… - lo miró de pie a cabeza – Entonces… dígame qué más podría ofrecerme un militar con fusta en mano –

Ben Sen Olamam








Emir.~

domingo, 5 de junio de 2011

Cain








Cain from Starfighter.

Cain & Starfighter (c) Hamlet Machine
Art (c) Me

sábado, 28 de mayo de 2011

Thinking about Daisuke








Raúl Hardkopf (c) Todolujurioso

viernes, 27 de mayo de 2011

Indiscrete

Microrrelato

Mil voces decorando la festividad mientras frágil desencadena millares de aventuras en mentes ajenas. Se balancea grácil, indecorosa.
Tambores y sacudidas de cadera, calor. Pies desnudos acarician la hierba. Resoplidos y cuerdas, una vuelta.

Ornamentos pendiendo de sus hebras; la expresión de sus ojos condena a los demás, inexplicable deseo de querer ir más allá, distanciarse del mundo y a la vez permanecer lo más cercano a ese lugar.

Caída, jadeo sutil. Resbala letárgica, la pelvis levanta y eleva una pierna. Indiscretos labios tiemblan.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Keep, keep running






Raúl Hardkopf (C) Todolujurioso


Tanto rolear junto a Pandora nuestros personajes, Raúl y Daisuke, me quedaron ganas de dibujar a mi personaje y éste es el resultado.

Me gusta mucho llevar esa trama.

Espero que les agrade mi dibujo.

sábado, 21 de mayo de 2011

Dancing~







martes, 10 de mayo de 2011

¿Ángel o demonio?







Pfer (c) Me

viernes, 6 de mayo de 2011

Fuckin' perfect






Ryuichi Sakuma (c) Maki Murakami
Envy (c) Hiromu Arakawa
Art (c) Me

martes, 3 de mayo de 2011

Zasha







Zasha (c) Shatoveray
Art (c) Me

lunes, 2 de mayo de 2011

Bored







Enrique (c) me

domingo, 24 de abril de 2011

Tu conejito de Pascua...







Ryuichi Sakuma (c) Maki Murakami
Art (c) Me

martes, 19 de abril de 2011

Rai






Rai (c) Nitro + Chiral
FanArt (c) Me

martes, 22 de marzo de 2011

Dear Japan









Dear everyone in Japan;
Please stay strong against
the earthquakes and tsunamis.
The whole world is praying
for your safety.







Taken from Usan-Hokaru

Rakso v/s Rai

¿Respiraba o jadeaba?, daba igual, su cuerpo comenzaba a sudar, sentía las gotitas rodar por su piel canela. Entrecerraba los ojos y miraba al felino sin poder evitar relamerse los labios como si ya fuese a saltarle encima para cogerlo de diferentes maneras, no obstante, su puta pierna le dolía, no pudo más que llevar una de sus manos hacia la zona para amasarse los músculos como si de una masa se tratase. Respiró hondo esta vez, sonora y completamente compenetrado en lo que sus pensamientos eran. Su mirada encendida delataba el calor interno tanto por la actividad física como por los pensamientos sucios que le provocaba la escena de ver al pálido hombre en el suelo revolviéndose o teniendo contracciones musculares involuntarias.

Trató de moverse hacia un costado, pero ahora que su cuerpo había estado un par de segundos sin movimiento, había quedado como congelado, atrapado debido a los aguijonazos de dolor, los tendones de la pantorrilla tan rígidos que los calambres no le permitían siquiera pensar en moverse por lo que sólo quedó mirando a su contrincante moverse lentamente, como si con el cabello barriera el suelo por donde antes él hubo caminado con el fin de alejarse – ¿Pensar? – Sonrió relamiendo sus labios con una sonrisa de satisfacción a la vez que soltaba las cuerdas y con un movimiento de manos le invitaba a acercársele. Obviamente que pensaba, en ese cuerpo de buena complexión física, en esa melena sedosa y la fragancia al sudor de esa persona que tenía por delante y que de seguro le sacaría la mierda a patadas en unos cuantos segundos más – Ohhh Rai… cállate y haz lo que tengas que hacer -.

Se impulsó un poco para separarse de las cuerdas, un saltito bastó pero no lo suficiente puesto que el otro, a pesar de haberlo dejado tirado en el suelo había hecho acopio de todas sus fuerzas al parecer, puesto que venía tan veloz que ni esquivarlo pudo. El golpe fue certero y potente, tanto que su protector bucal saltó por los aires impulsado por el aire y la saliva que salieron impulsadas de su boca. Hasta sus ojos se abrieron por completo casi desbordándose de las cuencas oculares. Sintió ser arrastrado por el puño del gato que venía como el fuego para quedar colgando en las cuerdas, con los brazos en ellas enredados. Pero su cuerpo sólo había reaccionado como un chicote, puesto que ahora se desplomaba en el suelo de rodillas tosiendo con fuerza y agarrándose el vientre, justo donde el otro había golpeado.

No prestó atención a lo que hacía Rai, eso le pasaba por actuar de prepotente cuando no era nadie aún, ahora le tocaba un poco de su propia medicina, el maestro le daba una buena lección y a él sólo le quedaba recibirla de buena gana, puesto que si no le gustaba, tenía que aguantarse con la boca cerrada.

Sintió ganas de partirle la espina en dos, rodó los ojos para clavar sus pupilas cual dagas en la mollera contraria, escupió a un costado y se llevó el dorso de la mano hasta la boca para recoger los hilos de saliva que aún resbalaban por su mentón a la vez que no dejaba de respirar hondo, con el cuerpo adolorido, mucho más en el vientre, ya era la segunda vez que le golpeaba en la misma zona. Si no tuviese buena musculatura a esta hora estaría devolviendo sus órganos internos sobre el suelo de ese cuadrilátero, pensó.

La vista se movió de un costado a otro, así como la cabeza del pelinegro mientras observaba a la gente en rededor, cada vez aparecían más y más idiotas a observar el espectáculo gratis y en eso se vio siendo arrastrado por las manos del albino quien lo alzaba para dejarlo de pie, a medida que subía, espiraba el aroma masculino del otro y por dentro sonreía pensando que aún no lo cogía y ya lo tenía mojado. Sus manos apoyó en la pelvis del gato y sí, notó que la ropa ya estaba húmeda en sudor, sintió ganas de lanzarlo al suelo y violarlo, pero un nuevo retorcijón lo hizo inclinarse un poco y retroceder tambaleante.

Nuevamente, las manos pálidas de Rai apoyadas en su cuerpo, no – ¡MIERDA! – No se había apoyado en el moreno, sino que lo había agarrado de la ropa y lo había catapultado hasta el suelo, se retorció de dolor, la columna se había arqueado como defensa natural y en ese preciso momento, cuando abría los ojos, lo vio cayendo directo a su cuerpo, cerró los ojos y sintió el golpe seco en su abdomen. Tosió expulsando saliva que de seguro y hasta había chocado contra la melena del peliblanco – Ja… ja… Ahhh… - se retorció en el suelo como un gusano de mierda mientras se agarraba a dos manos el vientre intentando no respirar, si hasta el hecho de pensar le dolía.

No le respondió, a nada de lo que el otro le decía, puesto que no iba a estarle comentando que sólo pensaba en tenerlo en cuatro si ahora el que estaba cagado en el suelo era él. Tendría que hacer algo para callarle la boca. El timbre se escuchó y respiró hondo antes de estirarse en la lona.

Sintió las pisadas, de seguro los fans del señor don gato yendo por su super héroe con el fin de llevarlo a su trono y darle su platillo de leche o tal vez natilla. Pegó la mejilla al suelo. El dolor se acrecentó en todo su cuerpo cuando intentaron levantarlo, no por ello se quedó en el suelo. Empujó a los demás tratando de mantener su orgullo, no iba a dejar que nadie lo cargara como si él fuera un bulto – Ya mierda, déjenme! – masculló cansado y avanzó arqueado hasta su rincón para dejar que lo revisaran.

Gente que ni había visto en su perra vida lo atendía, le quitaron la camiseta que llevaba y notaron los moretones que comenzaban a marcarse en el vientre del moreno. Agua para que beba, hielo para la zona dañada y medicamento, sí… supuso que esa mierda amarga que le dieron era algo para que no doliera tanto o tal vez veneno, lo escupió a un costado y se levantó para agarrar la cubeta de agua que tenía a un costado, la alzó y dejó caer el líquido libremente sobre su mollera para que el agua barriera todo su cuerpo. El vaho se elevaba desde su cuerpo delatando la temperatura corporal, tenía los músculos calientes y mostraba una mueca mezcla de odio y deseo para con el adversario. Escupió nuevamente el piso como dándole a entender que a pesar de que barriera el piso con él, no estaba dispuesto a dejarse vencer.

Y nuevamente el timbre anunciando un nuevo round, mucho más agotado y adolorido, sin embargo, más despierto que en los anteriores asaltos. No esperó ni a que los demás se alejaran del gato, se echó a correr contra ellos y saltó para aterrizar con una rodilla en el torso de Rai - ¿Te gusta? – Sonrió y se sostuvo de las cuerdas sin permitirle separarse del poste donde la banca del otro se encontraba, así presionó el torso y del gato con su rodilla, con tanto movimiento de Rai, el cuerpo resbaló y su rodilla terminó ejerciendo presión contra el cuello, con fuerza uno, dos y tres veces le machacó las cervicales contra el poste.

Y no contento con eso, se impulsó con las manos desde las cuerdas para enredar sus piernas en el cuello del líder y de este modo arqueó su espalda hacia tras cayendo de espaldas y torciendo el cuerpo de manera que una de sus manos se apoyó contra el suelo con el fin de no golpearse la cabeza y así mismo, para impulsar al otro por el aire, sobre su cuerpo, lanzándolo como un látigo contra el piso.

Respiró cansado, sentía que el mundo le daba vueltas y que la columna le dolía, no obstante, hizo de tripas corazón para levantarse e ir a la caza de su presa, cayó de lleno sobre el otro con un codazo en sus costillas - ¿Querías potencia? – escupió a un costado y lo volteó boca abajo para coger las muñecas de del felino y luego se paró en las nalgas de éste para tirar con fuerza – ¡RÍNDETE! – Lo obligó a arquear su cuerpo hacia tras, pronto uno de sus pies estaba apoyado entre los omoplatos de su víctima, cruzó los brazos del albino tras sus espaldas sin dejar de tirar para provocar aún más dolor – ¡Que te rindas mierda! – cegado por la sed de lucha.

Nookie










Camile~

El arrebato contrario no hizo más que confirmar sus dudas, sí… ese que tenía por delante no hacía nada más que ponerse una mascarada fría y enigmática cuando era igual a los demás, necesitaba descargar sus bríos y… quién mejor que un “pobre e indefenso” pet. Abanicó el cortinaje de pestañas mientras le escuchaba, con mirada atónita, mirada que delataba delicadeza e incluso ingenuidad, con esos labios hinchados y humectados por la saliva – ahh… - suspiró justo sobre sus labios sin llegar a toparlos con los contrarios mientras dejaba descender los velos de piel sobre sus orbes oceánicos. Absolutamente teatral, dejándose acariciar, dejándose mancillar a través de verbos y miradas, caricias delicadas provenientes de la boca cercana, esa que parecía cántico y a la vez lúgubre tonada.

Sintió entonces el roce contra la boca ajena, cayendo el cortinaje de pestañas para cubrir por completo los ojos endulzados. El cuerpo bajó hasta donde los pies del élite se hallaban, mas no le besó, sólo permaneció con la cadera apoyada de costado y las piernas recogidas ligeramente, como si sentado sobre nubes permaneciera, los dedos aparentemente frágiles postrados en rizadas morisquetas con el fin de no resbalar por el frío suelo mientras él escondía el azorado rostro, las mejillas irrigadas del vicio rojizo candoroso de la ¿vergüenza?, o de la ¿inquietud el alma?

Lo dejó hablar, le permitió envalentonarse antes de que la figurita sin alas alzara la vista hacia donde la contraria estaba para meditar en silencio – El cielo… oyendo continuamente tus preces - elegante alzó su cuerpo para quedar sobre sus pies como si flotara por sobre el suelo – Vuelve a ofrecerte parte de lo que deseas vivir… - y así sonrió antes de retroceder con ambas manos pegadas a la espalda. Mirándolo a los ojos con deleite, como si ya con eso hubiese ofrendado amor, no de aquel que todos suspiraban, sino uno intenso, caliente, uno que devoraba a pesar de no haber contacto entre ambos. Deseo irrefrenable y angustia de no haber dermis recorrida por racimos de besos delirantes. Ya ni sus zapatos se escuchaban en el suelo cuando avanzaba, pues casi un espejismo aparentaba ser.

Se dejó reclinar entonces en uno de los sillones más largos – Avanza… - movió una de sus manos como danzando la misma por sobre sus vestimentas, resbalando en delicadas marejadas que no hacían más que arrugar las prendas sobre su dermis – si dudas… espera – se relamió los labios con los ojos entrecerrados y luego se sentó como si nada sucediera.

Le interesaba, le atraía, parecía atrapado y a la vez tan desinteresado que le demostraba lástima, pues entendía la sensación que debía atacar aquella alma atribulada. Ambos, pájaros incautos cayendo en las trampas de la vanidad, el orgullo y la ansiedad de más, más… más…

Tan jóvenes, tan varoniles y a la vez tan perfectos, con frecuencia a hurtadillas se coqueteaban sin desearlo, o tal vez buscando conseguir algo de ello, rendidos al mutuo encanto. Le dedicó una sonrisa leve, tierna como llanto de ave.

Movió una de sus piernas y fríamente llevó las manos a acomodar los cordones de sus bototos antes de levantarse para ir por un trago – Sentí el impulso de tu acento, deseé que me atravesaras… - rodó los ojos mientras vertía melosamente el licor sobre una copa – traspasé las murallas del infierno y sin miedos te esperé… - sonrió entretenido antes de depositar aquella botella en la mesa. Sostuvo la copa entre dos dedos para encaminarse hacia el sillón donde estaba el pelinegro, se inclinó y le dio a olfatear el contenido del cristal – La fiera angustiada permanece quieta… la fiera prefiere el suplicio eterno – entrecerró los ojos y alzó su cuerpo para beber por completo el elixir entre sus dedos, antes de lanzar con fuerza la copa al suelo y escucharla partirse en miles de fragmentos.

- ¡Quieran los cielos palpar mi dicha en este momento! -

viernes, 11 de febrero de 2011

So good...



Hace tiempo que no dibujaba a mi OC, me gusta mucho, no debería abandonarlo tanto ;///;

Ayer estaba tan feliz en mi sociedad secreta y de pronto vino Cris y me pasó un video y quedé plop con la canción xDDDD Bueno, les mostraré la canción a continuación pero no es el video que ella me pasó, ok?



Neid estoy feliz de haber conversado con su merced u3u ~

domingo, 6 de febrero de 2011

Keane









viernes, 28 de enero de 2011

Raub...





Extraño a Raub... extraño salir a cazar ukes para el desayuno...

jueves, 13 de enero de 2011

Dick ¿Qué haces?


Dick Grayson (C) DC
Art (C) Cris-art

Separó las piernas y observó de reojo mientras la capa se deslizaba en lento desfile por su espalda empapada en sudor.

Sacudió la cabellera húmeda y sonrió antes de empujar lentamente la pelvis hacia delante con el fin de que dickcito se mostrara tan altivo como seductor.

- Dick... ¿Qué haces?

- . . . - Sonrió.


FanArt de Dick Grayson [New Batman] que me dibujó mi amiga Cris *3* y por el cual babeo todo el tiempo. No pude dejar de imaginar muchas perversiones debido a esta imagen, la que tiene cadena en el cuello no la muestro porque es mía ¬o¬ *celosa* así que no me la pidan XD~
Muchas gracias Cris, me has hecho tan feliz u3u

miércoles, 12 de enero de 2011

Uhm...






martes, 11 de enero de 2011

Te envío poemas de mi puño y letra...

Y así me recuerdes
Y tengas presente







Que mi corazón está colgando en tus manos...

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