martes, 6 de septiembre de 2011

Everything


No pasaron ni tres minutos luego de que las palabras volaran de mis labios, sacudió su melena ensangrentada y brotó espada lánguida de entre sus ropajes escasos antes de que la decapitación del centenar de personas comenzara.

Las miradas horrorizadas de los últimos espectadores que ya corrían en búsqueda de resguardo quedan aún en mi retina. La cantarina carcajada que hacía eco en todo el lugar, tu risa, contagiosa.

Debo admitir que comencé a reír de igual forma.

- ¿Sabes que te quiero?

- Eres mío.

- ¿Sabes que te quiero?

No hubo respuesta más que el deslizar de su pulgar por mi mejilla, delineando línea gruesa y escurridiza hasta mis labios donde el dígito se perdió y halló mi lengua.

Sabía metálico, sangre de varias personas ya muertas.

Por suerte, así no tengo que escuchar sus chillidos de moribundos patéticos. Ahh... que gente más escandalosa. Si están vivos, alegan porque lo están, si están muriendo... alegan porque no quieren fallecer ¿Por qué no se deciden?

- ¿En qué piensas?

- En lo mucho que me gusta cuando silencias al mundo para oír tu respiración.



2 comentarios:

Mircea~ dijo...

*^*!!!! excelente relato suegris!!, como siempre con ese toque que tanto me encanta leer en ti.
Saludos~

Unknown dijo...

Tan oscura la vieja de mierda como siempre, ese es tu encanto y por ende, evia que alguien lo cambie, sé siempre tú. Soy morbosa ante el toque de maldad, crueldad y lujuria que le das, me encanta leerte por eso.

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