sábado, 10 de julio de 2010

Welcome to my playtime



Tabla: Retos sueltos
Reto: 66. El niño en la plaza.
Fandom: Original [Sin nombres]
Advertencias: Muerte de personaje.
Número de palabras: 307



La arena resbalaba de la pequeña pala de plástico color naranja mientras el infante arrodillado trabajaba en su obra magna: un pequeño montículo salpicado de diminutas ventanas que hubo hecho con los diminutos dígitos.

La chaqueta acomodó, así como ocultó la roja cabellera bajo el sombrero de ala con el fin de que no le reconocieran tan fácilmente. Caminó lentamente hasta donde el menor estaba y se acuclilló a su costado cubriendo parcialmente su rostro evitando así que el pequeño notara lo desfigurado de su piel.

- ¿Qué haces? – Voz grave, lejos de cansina parecía arreciar en diferentes matices poco amigables.

Sonreía, disfrutaba del sol y aún sin comprender sus vocablos balbuceados se entendía su alegría interna. El pequeño le observó con reticencias, inclinó la cabecita y apuntó el montículo de arena, posteriormente su índice recayó sobre el labio inferior, pestañeó y sonrió mostrando sus cuatro dientes junto con los espacios entre los mismos.

Dos años, sólo eso tenía.

Bastó que moviera uno de sus brazos y lo arrancó del paraje que hubo acunado a aquel “bebé”, no alcanzó ni a gritar puesto que los dedos lograron presionar suficiente para dislocar los huesos de la columna a la altura del cuello, el solo chasquido dio a entender que el mocoso ya no chillaría.

Se regocijaba, le encantaba coleccionar pequeños “muñecos” con los cuales conversar. Claro… pequeños souvenirs de sus viajes.

Como pequeños títeres que cargaba de ciudad en ciudad, se daba al gusto de embalsamarlos con cuidado justo de no dañar demasiado la piel, obvio, se entretenía aplicándoles cremas para que, según él, mantuvieran la tersura y delicadeza de un infante.

- Pronto llegaremos a casa… - susurró besando la cabecita del pequeño títere ya no más delgado, había rellenado su cuerpo con algodón y ahora ya no lucía desnutrido, sino sano y saludable, que ironía, ¿no?

4 comentarios:

N.C dijo...

Un buen relato que no puedes dejar de leer, ¿porqué? porque es tan bueno como las películas de James Wan.
La oscuridad de la mente se traslada al corazón, ¿o será al revés? jejeje
Me gustó mucho.
Felicitaciones!!!

Pattizm ;D dijo...

LO AMO.
quiero escribir un asesinato también, pero este es bknísimo y ahora me sentiré mal cuando haga el mío porque no lo superará.

COCHINA, YO TE ODIO POR ESTO.

Pattizm ;D dijo...

Y se me ha escapado un tilde.
HAHAHHAHA.

Edain dijo...

Tú escribes genial, ya te lo he dicho en varias oportunidades, creo que incluso escribirás algo mejor.

Describe esos asesinatos, despierta el deseo de responder a tus relatos *-*

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