viernes, 5 de noviembre de 2010

Noche de amor ~


Dedicado a Kuroi Koneko *3*
Se suponía que era para el 24 de octubre pero soy una flojilda XD
Siento el atraso, espero que te guste
Junjou egoist (c) Shungiku Nakamura

- Nhg… - Apretó los ojos sintiendo como convulsionaba su cuerpo sobre el sofá. Saboreó la lengua que de pronto caía pesada sobre sus labios y le obligaba a entreabrirlos, ahogado empujó con poca fuerza la misma con el fin de poder tragar una bocanada de aire fresco que le pareció imposible debido a la cercanía de su pareja.

Orbes oceánicos le seguían de cerca, cada mueca y movimiento de cuerpo, cada respiración y jadeo – Hiro-san… - masculló entre besos que proporcionaba en todo el delgado cuello y pronto sintió el puñetazo a un lado de la mandíbula que le hizo caer del sillón.

El otro se halaba de la camiseta cubriéndose hasta los genitales con ella – ¡TE DIJE QUE NO ME MIRARAS! – ladró ofuscado, no le gustaba cuando Nowaki lo miraba en pleno coito, le hacía sentir tan vulnerable y él no era así. Se levantó sin más y se encaminó hasta el baño para encerrarse allí, pronto se sintió el agua correr.

Aún acariciando su mentón logró sentarse, un tanto mareado debido a que aún estaba demasiado excitado siquiera para saber qué pasaba. Por fin se levantó y fue corriendo a la puerta del baño – Hiro-san… - Masculló – Hiro-san, ábreme – su erección se rozaba de pronto con la puerta y su cuerpo se estremecía por completo – Por… por favor – susurró con las mejillas en tinta.

- ¡NUNCA!, ¡ERES UN PERVERTIDO! – Como si a él no le gustaran las cosas que el otro le hacía.

Los dedos se arrastraron por la madera y pronto la espalda se adhirió a ésta para resbalar hasta el suelo, allí quedó sentado acariciando su miembro mientras sentía el agua caer, de pronto le parecía oír como si el profesor estuviese jadeando – Hiro-san… te estoy escuchando, deja que yo lo haga por ti –. Entrecerró los ojos y presionó los dedos entorno a su miembro enhiesto sintiendo deliciosos escalofríos recorrer sus vértebras.

Pero el mayor ya lo había dicho, no saldría hasta que terminara de bañarse - … - no respondió a nada, estaba más concentrado en terminar lo que el otro no hizo por culpa de él mismo.

Y así pasaron los minutos. El menor se había ido a sentar al sillón y había encendido el televisor para permitirle al otro salir de su escondite, tampoco iba a estarlo obligando. Con el rostro reclinado sobre uno de los brazos del sillón estaba, con su rostro melancólico mirando una película a la que ni prestaba atención. De pronto vio pasar al otro con una toalla en la cabeza y ya con el pijama puesto – Hiro-san… - susurró.

Éste giró y le dedicó una mirada furibunda, a lo que el otro sólo pudo retroceder en el sillón y dejarlo hacer. Hiroki fue hasta la cocina, bebió un tazón de té verde y luego se fue a la cama sin decir nada más.

Tras una hora de permanecer ensimismado, le siguió… avanzando en silencio para no despertarle y luego, aún sin bañarse, se metió a la cama para acercársele. Besó su mejilla con sumo cuidado, como si se tratara de una frágil figurita de cristal, porque eso era para él… lo más preciado que tenía.

Aún cuando Hiroki fuese rudo sabía que lo amaba con la misma intensidad que él.

Lo arropó y quedó de costado mientras lo miraba en silencio.

- Te dije que no me miraras… -

- Lo siento -

El mayor hizo una mueca de disgusto mas su mano hizo presa de los dedos de su compañero y lo obligó a abrazarlo antes de darle un beso en la mejilla buscando lentamente hasta hallar sus labios.

Después de todo, no estaba tan mal, no si es que era Nowaki el que lo miraba.

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